A Horacio Marciano Cantero el calor agobiando del verano mendocino no lo inquieta. Se acostumbró a las altas temperaturas de México y de las distintas cuidades que lleva recorriendo con su mítica banda, Los Enanitos Verdes.
“A mi el calor nunca me afectó. Los años que viví en México en el desierto de Sonora, que hace un calor de 45°, y nunca me molestó. Esto me parece un chiste, está fresquito”, afirma relajado al teléfono mientras el bullicio de fondo de un bar de la provincia es parte de la charla.
De espíritu nómade, Cantero tiene tres puntos neurálgicos donde reparte sus días. Hermosillo en México, Mendoza y Buenos Aires, donde vive su hijo.
Y estos últimos meses, la ciudad que lo vio crecer es protagonista; volvió para quedarse un largo tiempo y cranear algún proyecto. De hecho su larga estadía fue la excusa para participar del El Semillero, el evento que lo tiene como padrino hoy en Guaymallén.
-Estuvieron por España hace unos días...
-Estuvimos grabando un par de canciones e hicimos dos videos de esas canciones con el grupo español Hombres G. Hace muchos años hacemos giras con ellos por España y Estados Unidos. Y afortunadamente nos va muy bien y compartimos el público.
Entonces es mucho mejor cuando tocamos juntos. La última gira nos quedó gustando y decidimos mezclar los shows. Y esto que hicimos ahora es el primer paso. Ya grabamos dos canciones juntos. Eso para el futuro.
-¿Quedará plasmado en un disco?
-Calculo que sí, que vamos a hacer un disco de esto. Pero está más bien pensado para un show en vivo. Aunque tal vez ese show en vivo lo grabemos.
-Los Enanitos no han parado nunca. Si no están acá, están afuera, mantienen su público. Después de "Tic Tac", ¿se viene otra producción ambiciosa?
-En los último tiempos la producción discográfica cambió muchísimo y hacer un disco es una cuestión de fe. Pero es una excusa para seguir adelante. Aunque la gran ventaja nuestra es que ya tenemos un montón de canciones que están inscriptas en el ADN de mucha gente.
Entonces podemos sacar un disco nuevo, pero cuando te subís a tocar, la gente quiere escuchar esas canciones, no quieren canciones nuevas. Y cuando anuncias que vas a tocar lo nuevo, la gente aprovecha para ir al baño, a comprar cerveza. Quieren escuchar lo que ya conocen.
En un punto. seguir grabando discos no tienen mucho sentido; más bien lo haces cuando tenés una canción que está quemando adentro y la querés grabar. Igual vivo componiendo, empecé el año componiendo, o sea que existe la posibilidad de que algún día lo grabe. Pero no es algo que me quite el sueño.
Llevamos muchos discos en forma analógica, después con la computadora también grabamos un montón de discos, tenemos dieciocho álbumes. Y tengo registradas más de cien canciones.
-Por un lado el público quiere escuchar lo que conoce, pero por otro, artistas como Charly García se amian a probar suerte con un nuevo álbum...
-Sí, pero lo nuestro es diferente. Nos hemos mantenido tocando, en actividad, de hecho siempre fuimos una banda en vivo. No basamos nuestra carrera en el éxito de los discos. Afortunadamente tuvimos varios discos que funcionaron muy bien, pero siempre la mejor manera de vender, era tocar en vivo.
Y es un poco lo que seguimos haciendo. Ahora tenemos una carrera de años y no necesitamos sacar una canción nueva para que la gente se sienta entretenida. En algún punto eso es una maravilla.
Espontáneo, amigable, cada reflexión que suelta viene acompañada de un dicho popular. Los años, la sabiduría, su lado espiritual y la rutina sin prisa hacen que Marciano Cantero sea un hombre agradecido.
Y no es para menos, seguir tocando después de 37 años sin discordias de por medio, parece un mérito que pocas bandas de rock pueden alcanzar.
El cantante y el guitarrista Felipe Staiti, junto al baterista Jota Morelli, comenzarán en marzo una gira que los llevará a distintos ciudades de México. Y en abril serán una de los grupos fuertes de la grilla del Wine Rock en bodega Monteviejo.
-Son la banda mendocina que trascendió y sigue vigente. Hoy la música mendocina pasa por un buen momento con bandas que están explotando en la escena nacional. ¿Estás al tanto de lo que surge en el rock?
-Un poco eso es lo que me motivó para participar en el semillero. Es algo que he podido constatar, leía las biografías de los chicos, ves los videos en Youtube, me recordaba a la misma energía que tenía a esa edad, tenía ganas de salir y hacerla.
Me parece muy bonito que les pueda dar un consejo, la idea no es que haya un ganador. Pero es el hecho de juntarse y tocar y compartir con otras bandas. A cada quien le daré mi parecer, solo con mi experiencia les podré aconsejar y es un poco la manera de seguir creando música.
-¿Nos van a sorprender con algún show en vivo?
-Sí, vamos a tocar en el Wine Rock el 15 de abril. Estoy ansioso que llegue ese momento. Me pasé los últimos meses en Mendoza y me lo he disfrutado todo, todo el tiempo.
-Estuviste mucho tiempo afuera, ¿Mendoza se extraña?
-Claro que se extraña, hay una forma de vivir, una forma de encarar la vida. Quizá tenga que ver con la siesta, con el clima... Más allá de extrañar la familia, los amigos; cuando vivís afuera te endureces un poco.
Pero cuando volvés al pago, te invitan a cinco asados en una semana, empezás a entender que la amistad pasa por algo mucho más fuerte. Y esa sensación de tu corazón pleno, que te da estar con tus amigos, con tu familia, te hace dar cuenta que no hay otro lugar para mí.
-¿Cuál es la clave para que pasen tantos años y sigan tocando sin parates de por medio?
-Con Felipe formamos esta banda hace 37 años. Cuando nos encontramos en la música se produce todo, un diálogo que es maravilloso. Vendría siendo un poco “A quien le gustaría aniquilar las gallinas de los huevos de oro”.
En un punto creo que los dos sentimos que funcionamos mejor, que somos complementarios. Sé que no es muy bonita la comparación, pero nuestra relación como músicos, ha durado mucho más de lo que duraron nuestros matrimonios. Con Felipe la cosa sigue igual que cuando nos juntamos a los 20 años.
-Felipe tiene un vino, escribió un libro. ¿Vos tenés alguna otra pasión que todavía no descubrimos?
-Ya te vas a enterar de un par de cosas en muy poquito tiempo. Pero como dice la frase: “No te digo de que color es el chancho hasta que no tenga los pelos en la mano”.
Sí tengo otras actividades. De hecho me dediqué a fabricar instrumentos muy livianos, pequeños. Es algo que me sigue apasionando la luthería. Y soy muy bueno en otras disciplinas. Con los años aprendí que me gusta saber de muchas cosas.
Todos los días trato de hacer algo nuevo. Me siento muy afortunado de estar a gusto acá en Mendoza. Y lo que más me gusta es tocar y cantar y lo seguimos haciendo. Ahora en marzo empezamos la gira. Vamos a estar en Vive Latino.
Participé en un concierto que fue filmado, varios cantantes de bandas legendarias del rock en Español con una Orquesta Sinfónica, con la que grabé “La muralla verde” sinfónico. Con mucha actividad, muy feliz, la vida te sonríe porque uno es agradecido. Creo que pasa por ahí la cosa.
Un concurso para alimentar la música
Hoy, a partir de las 12, en el Club de Agua Saucelandia en Guaymallén, tendrá cita la segunda edición del Concurso El Semillero. Un evento donde bandas y solistas mendocinos participan, con el fin de estimularlos y promover la cultura provincial.
Este año quedaron seleccionados cuatro bandas, cinco solistas y un dúo, provenientes de distintos departamentos y géneros musicales. Y estará apadrinado por Horacio Marciano Cantero, quien les brindará una devolución a los participantes.