Aunque hace tiempo se operó de la vista y corrigió esa carencia que lo aquejaba desde chico, no se saca los lentes. Tal es su sello: el distintivo, el que lo define abajo y arriba del escenario. "Si me saco los lentes no me reconocen", bromea Horacio "Marciano" Cantero, mientras le toman unas fotos para esta entrevista.
Nunca se fue realmente de Mendoza, podría decirse, pero el año pasado volvió definitivamente a su provincia. Es que a sus 58 años encontró la plenitud y una de las causas de su regreso fue el amor.
Porque después de 32 años se reencontró con su primera novia de la juventud y decidieron cerrar aquello que quedó pendiente hace décadas. "Me casé", cuenta sentado en una conocida heladería y muestra el anillo que lleva en su mano derecha (porque en la izquierda le molesta para sostener el bajo). "Siento que ahora tengo el alma en paz. Cerré un capítulo que quedó pendiente hace años", confiesa sobre su maduro y flamante presente.
Después de un año vertiginoso con una gira por Latinoamérica y Estados Unidos con los Enanitos Verdes y la banda española Hombre G, cerraron el ciclo con un concierto en la Fiesta Provincial de la Cerveza. Y casi sin haberse tomado un descanso, hoy volverá a los escenarios, por un motivo muy especial: será declarado Ciudadano Ilustre de Guaymallén, departamento donde nació y creció (las calles de San José lo recuerdan).
Luego de la fiesta departamental de la Vendimia, esta noche, brindará un show con sus éxitos.
"Me sorprendió el reconocimiento. Este año que pasó fue muy intenso, uno de los mejores de toda mi vida. Y cuando volví de la gira y teníamos que tocar en la Fiesta de la Cerveza, estaba muy cansado físicamente, aunque venía con el ritmo y la adrenalina de tocar seguido. Y en esos días me junté a cenar con unos amigos y me comentan que querían hacerme un reconocimiento y me pareció genial. Entonces empezamos a preparar algo para tocar. Creo que en algún punto siempre supe que uno estaba representando a la provincia en el exterior, donde somos todos mendocinos. Como representante de Mendoza, siempre tuve claro que teníamos que dejar bien a la provincia. De hecho, tenemos una canción que se llama 'Cordillera' y antes de la canción hago una semblanza de lo que es Mendoza. Y no me cabe duda que mucha gente conoció Mendoza por nosotros. Espero ser digno de esta distinción".
-Acá o en México, ¿tenés que lidiar con la popularidad o pasás desapercibido?
-Yo no tengo problemas, “El que nada debe, nada teme”. Si me piden una foto o un autógrafo, lo hago con gusto. Y creo que el hecho de manejarse con seguridad, aunque la situación lo amerite, es un circo. Yo siempre fui así, de saludar a todo el mundo y sacarme una foto.
Con eso me pasó algo muy loco. Hace unos años atrás fui a una charla de Steve Wozniak, uno de los creadores de Apple. Él se alejó del negocio de las computadoras y se dedicó a ser maestro de escuela. Fui a su charla y al final queda abierto al público para sacarse una foto con él. Y las dos mil personas se fueron encima de él. Yo esperé 40 minutos para sacarme una foto y me fui. En definitiva, cuatro horas se quedó firmando autógrafos. Es el buen karma.
-En todo este camino, ¿hay un hito en particular con el que se hayan dado cuenta que llegaron lejos?
-Justamente por eso el 2018 fue un gran año. Es que hemos cumplido sueños que ni siquiera sabíamos que teníamos. Tocamos en el Hollywood Bowl y, cuando terminó el show, los empleados del lugar nos dijeron: “Hacía mucho que no escuchábamos cantar a la gente tan fuerte”. Tocamos en el teatro Radio City de Nueva York, donde tocó Sinatra y tantos otros. Hicimos dos giras por México, tocando en los mejores lugares y con entradas agotadas. Es la cristalización de muchos sueños. Es ver el éxito real, plasmado. Y ha sido muy feliz la idea de juntarnos con El Hombre G, con quien compartimos muchos escenarios.
Una de las cosas que me encantaría es hacer el show de Huevos Revueltos en Mendoza, nuestra tierra. Pero para este momento es un show muy grande, con mucha gente. Pero sé que lo vamos a hacer.
-Estos cuarenta años de música con los Enanitos es producto del trabajo, el talento y ¿la suerte?
-Siempre. La suerte es estar en el lugar correcto, con las palabras, la actitud correcta y que suceda. Siempre se lo digo a mi hijo: tiene que estar preparado para cuando llegue ese momento de dar todo, y estar en condiciones de hacerlo. En ese sentido, creo que los Enanitos fuimos muy trabajadores, ensayando siempre. Incluso Mario Matar nos lo dijo; “Los Enanitos siempre sonaron bien”. Siempre fuimos muy aplicados, pero todo eso te lleva a un cuento, que es el amor por la música, sobre todas las cosas. Y eso ha hecho que hayamos continuado como grupo, porque la música cuando sucede y coincide es maravilloso. No sé si nuestra música es mejor o peor, simplemente funciona. Ese ha sido nuestro motor, incluso el concepto es hacer un show tan bueno, que nos quieran de vuelta. Y si hay alguien de otra ciudad, que nos escuche y quiera que vayamos a otro lugar.
-Hay una versión de un reggaetón de Yandel con la melodía de "Lamento boliviano". ¿Lo escuchaste?
-Sí, me invitaron a participar. Pero no es mi estilo, por eso no acepté. “Lamento” no es una canción mía, deben haber hablado con los autores, aunque me invitaron a participar y no acepté.
-Acá tienen sus seguidores de la primera hora, pero en exterior el público se renueva...
-Sí, se da muchísimo. Hay chicos que tal vez no habían nacido cuando grabamos “La Muralla”. Eso fue notable con el paso de los años. Y en 2019 cumplimos 40 años. En todo este tiempo vimos cómo la industria musical fue cambiando y todo se fue digitalizando. A mí siempre me gustó el aeromodelismo y eso cambió con el drone, ¡lo arruinaron! (ríe). Ahora podés grabar desde tu casa. De hecho, cuando me invitaron La Beriso a participar de la canción “Ingrata”, grabé desde mi casa.
-¿Tienen programado algo especial por los 40 años?
-Creo que vamos a hacer un gran festejo. Nuestro cumpleaños es en noviembre, así que seguiremos el año que viene. Ya tenemos varios shows en Honduras, Puerto Rico, Estados Unidos y España.
Marciano ya no se dedica a la lutería, pues encontró -asegura- el instrumento que buscaba: la compañía Fender le hizo un bajo a su justa medida.
“Es que en mi vida se mezclaron dos mundos: la música y la ingeniería. Estudié unos años pero después me dediqué a la música. Y me sigue gustando la idea de trabajar con madera, pero el propósito lo conseguí”, dice.
-¿Y quién es Marciano Cantero hoy?
-Creo que hice un círculo completo: fui a dar una vuelta por el universo, como decía Cerati, y me quedé en los años de Sonora en México, que también es mi lugar y lo siento como mi casa. Pero también disfruto de estar acá. Mis amigos de toda la vida son de acá. Justamente, hace un año nos juntamos con los compañeros del “Pablo Nogués” y fuimos todos. Eso es un tesoro maravilloso. Creo que esas son las cosas que le dan sentido a la vida. Y sigo la idea de que cada concierto sea el momento para ser el mejor cantante, el mejor intérprete, tocar el bajo y disfrutarlo al máximo.
Entre Vendimia y el Festival del Camote
Para el cierre de la Fiesta de la Vendimia de Guaymallén, que lleva el título de "América", Marciano Cantero será distinguido ciudadano ilustre del departamento y se subirá al escenario, para brindar un concierto con músicos invitados, donde repasará los éxitos que lo llevaron a la escena del rock nacional. El show será a partir de las 23, en en la Rotonda de Salcedo (Godoy Cruz y Severo del Castillo, Los Corralitos).
Mañana, al mismo escenario, llega una nueva edición del Festival Provincial del Camote.
El encuentro incluye paseo de artesanos, los ya tradicionales "food trucks", patio de comidas y una grilla de espectáculos con la presentación de la Orquesta de Guitarras Tito Francia, el dúo Entrevero, Lisandro Bertín y Ricardo Dimaría. Para el cierre actuarán Markama, Algarroba.com y Los Umbides. Ambos días con entrada gratuita.