La brutal golpiza que recibió la semana pasada el director de una escuela de Palmira alertó a directivos y docentes de otros establecimientos cansados de la violencia escolar.
Por eso, un grupo de profesionales decidieron concentrarse ayer en la Legislatura para exigir que no haya más docentes agredidos y que la Dirección General de Escuelas (DGE) los proteja.