Familiares de Fernanda Toledo (30) -una mujer asesinada por su pareja, Gustavo Horacio Calderón, en 2011- y organizaciones sociales realizarán una marcha pidiendo que se condene al femicida, quien actualmente está siendo juzgado por la violación de su hija.
Bajo los lemas "Ni una menos" y "para que haya justicia en Mendoza", hoy a las 11 los familiares de Fernanda Toledo se reunirán en la Legislatura, donde entregarán a los diferentes bloques partidarios un documento donde se detalla la actividad delictiva de Calderón.
“Gustavo Calderón Polo es un abusador sexual, golpeador de mujeres y femicida convicto. Actualmente preso, en los próximos días la Justicia mendocina podría concederle su libertad”, dice el documento que será entregado a los legisladores.
Actualmente, Calderón está siendo juzgado por abuso sexual agravado por acceso carnal y el vínculo por la agresión sexual que habría sufrido su hija.
En los próximos días el juez Eduardo Martearena, deberá condenar o absolver al imputado. La fiscalía de Violencia de Género ha pedido que se lo condene a 15 años de prisión; la defensa, que se lo absuelva.
En la marcha también estarán presentes los familiares de Marilín Barroso, la primera mujer de Calderón.
Marilín tuvo tres hijos y luego, según el escrito, habría vivido años de “agresiones físicas y vejaciones diarias” por lo que debió “escapar de la provincia con sus pequeños”.
Según los familiares de Fernanda y Marilín, cuando Calderón estuvo preso por la muerte de la primera, formó una tercera pareja con la que también tuvo hijos y "hoy en día vive aterrada por las amenazas de Calderón".
Diez años, antes del femicidio
Calderón fue condenado por la Segunda Cámara del Crimen a 10 años de prisión por la muerte de Fernanda Toledo. La pena fue muy baja: en ese momento no existía aún la figura de femicidio y, como la pareja no estaba casada por civil, tampoco se pudo usar el agravamiento del vínculo.
En marzo de 2017, cuando gozaba de libertad condicional, Calderón se fue a vivir a la casa de su hija y allí habría abusado de la joven.
La víctima en un primer momento denunció a su padre, pero luego sostuvo dos veces que mantenían relaciones consentidas.
Para la fiscal Mónica Fernández Poblet, el abuso sexual está probado por el ADN del imputado que fue encontrado en la ropa de la víctima. También tuvo en cuenta la violencia del hecho: la mujer tenía lesiones en los brazos y en la cara, además de las que mostró la pericia ginecológica.
En los próximos días el juez Martearena deberá dictar sentencia sobre el caso.
“Convocamos de manera urgente a las agrupaciones de mujeres, organizaciones y movimientos sociales, partidos políticos, vecinos, y a la sociedad en general a acompañar las acciones de concentración y marcha para pedir justicia”, dicen los parientes de las víctimas.
