Irreverente y polémico como pocos, pero con un talento supremo que asombró al mundo, el tenista chileno Marcelo "Chino" Ríos conmemorará mañana los 20 años desde que en 1998 se convirtiera en el primer latinoamericano en alcanzar el número uno del ranking mundial de la ATP.
A sus 42 años, Ríos sigue vinculado a la actividad que lo elevó a las alturas de los máximos ídolos de su país y que puso además por primera vez a Chile en la flor y nata del tenis mundial.
Actualmente, el "zurdo de Vitacura", como se le conoce también por su residencia en el acomodado barrio del este de Santiago, es el asistente técnico del equipo chileno de Copa Davis, del que es capitán su amigo Nicolás Massú, otro de los ídolos de los chilenos que conquistó dos medallas de oro, individual y dobles (con Fernando González), en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
"Que alguien con la trayectoria y experiencia que él (Ríos) tiene te esté criticando las cosas buenas tanto como las malas, en cada momento, es impagable", lo elogió Nicolás Jarry, la nueva revelación del tenis local. Sin embargo, el imprevisible Ríos anunció que no estará en la serie de la semana próxima en Argentina para calmar los ánimos tras su último enfrentamiento con la prensa.
Ríos alcanzó el clímax de su carrera profesional cuando contaba con apenas 22 años, la misma edad de Jarry ahora. El "Chino" alcanzaría su mejor nivel cuando en 1998 llegó a la final del Abierto de Australia y ganó siete títulos, entre ellos tres ATP Masters Series.
Además, y tras vencer ese año en el Masters de Miami al estadounidense Andre Agassi, desbancó a Pete Sampras del número uno del mundo. El logro fue celebrado como una hazaña en el país, falto hasta entonces de un triunfo deportivo importante por el que fuera reconocido en el ámbito internacional.
Ídolo en la cancha como fuera de ella, el "Chino" es también conocido por sus salidas de madre y las polémicas en las que se ha visto envuelto en su época de jugador y ahora como parte del staff técnico. Sus dardos los dirige casi invariablemente a los periodistas.
Uno de sus últimos berrinches ocurrió en febrero pasado cuando atendía una conferencia de prensa citada por él mismo en el marco de los juegos de Copa Davis contra Ecuador en Santiago. El llamado, sin embargo, fue para insultarlos: "Como dice mi amigo personal Diego Armando (Maradona), que la chupen todos ustedes, porque no hablo con ningún periodista".
Y para incredulidad de los reporteros, les pidió que le hicieran otra consulta. Tras la pregunta, respondió: "Síganla chupando". Días después solicitó disculpas, pero ya había lanzado que, para él, los periodistas, de farándula o deportivos, "son todos la misma mierda".
"No me extraña (lo del Chino)", declaró después Manuel Astorga, un conocido preparador físico, con quien Ríos trabajó por alrededor de una década. La relación entre ambos acabó mal hace unos años tras un confuso incidente en que el profesional fue arrollado por el tenista al volante de su propio jeep.
Al parecer, el episodio con la prensa tuvo sus consecuencias porque, tras el público apoyo del "Chino" Ríos al candidato a la presidencia del país, el conservador Sebastián Piñera, que finalmente ganó en diciembre, se había señalado que su Gobierno apoyaría el 29 de marzo una celebración de los 20 años de la conquista del número uno.
Sin embargo, Paulina Kantor, la ministra del Deporte, aclaró más tarde que no había un compromiso adquirido con Ríos, "ni menos aún apoyo económico", pues "se trataría de un evento privado".
Padre de seis hijos, entre ellos trillizos, producto de dos de sus tres matrimonios, Ríos no ha dado hasta ahora luces de la conmemoración de tan significativa fecha.