Un Pontiac azul descapotable, un atardecer de ensueño en Pilar, provincia de Buenos Aires. Ese marco, se presenta como un reflejo de ciertas fotografías de la película “Thelma y Louise”.
Y algo de esa rebeldía, de ese desparpajo, de esa actitud de ir primero y tomar el rumbo es lo que sostiene Marcela Morelo en sus nuevas once canciones. Un compilado de historias que tituló "Espinas & Pétalos" y es su fresquito noveno disco, que el fin de semana comienza a mostrar en vivo por todo el país.
Será el sábado en el Teatro Independencia. Lugar que la recibió en 2013 con "El Club de Los Milagros". "El auto es un Pontiac. Lo llevaron desde Lanús hasta Pilar, un lugar que eligió el fotógrafo. El auto anda perfecto. Y en esta foto de la contratapa estoy manejando. Omar Souto que fue el diseñador, se inspiró en la película 'Thelma y Louise'.
Me dijo que las letras tenían algo de eso y me encantó”, cuenta Marcela Morelo con su disco en la mano y la montaña mendocina de fondo, sobre el arte de tapa, en una charla que mantuvo con Estilo días previos a su presentación.
Pasaron cuatro años para que la cantautora emprendiera la grabación de un nuevo álbum. Junto a su compañero de vida y de trabajo, el músico y productor Rodolfo Lugo, grabó este disco en el estudio que tienen en su casa.
A casi 20 años del lanzamiento de su primero disco, Marcela Morelo impuso hits como "Corazón Salvaje", "Una y otra vez" o "Tu boca". Ahora muestra un sonido renovado, más electrónico, sin abandonar su inconfundible guitarra y charango.
-Algunas de las canciones de "Espinas & Pétalos", las rescataste del baúl. ¿Cobraron otro significado en el presente?
-Por algo quedan guardadas las canciones. Incluso “Espinas y Pétalos” es una canción que estaba guardada. Como que supo madurar ahora. Entonces lo que deduzco es que a veces quedan por algo y el tiempo las pone en su lugar. Como la canción “Eres mi razón de vivir”. Ahora me quedan como anillo al dedo. Yo misma me siento más identificada ahora, que en el momento en que las escribí.
-¿Eras otra Marcela en ese momento?
-Eran otras épocas y como pasó con estas canciones, también ocurrió con otras. Por ejemplo “Una y otra vez” estaba lista para el segundo disco y yo sentí que no tenía que ir en ese disco. Y Rodo me decía: “¿Pero por qué si está buenísima?”. Y salió en el tercer disco y explotó. Está bueno respetar el sentimiento.
-¿Sos detallista en la producción de un disco?
-Mi marido es el que me propone los arreglos y esos cambios. Yo me ocupo más de la esencia del a canción. Nos gusta mezclar cosas y lo aprovechamos. El toque final lo dio el mezclador, Javier Garza que le puso su magia.
-¿Por qué te tomaste cuatro años sin sacar un disco?
-Porque la vida se me puso como para tomarme ese tiempo. Entre espinas y pétalos (ríe). Exactamente así. Tengo la suerte, que la compañía siempre me respeta los tiempos. Y las cosas son, cuando tienen que ser. Y ese tiempo nos hizo encontrar esas canciones y ver la vida ahora. No es sencillo estar en constante creatividad.
-Sos una artista popular. ¿Sentís que se hace cuesta arriba estar permanente en la escena?
-Trato de respetar mis tiempos y sentimientos. Siendo una artista popular, todo el año estamos tocando, vamos a los pueblos y tocamos donde nos dejen tocar. Respetar lo que siento, es respetar al público.
Por eso si es necesario más o menos tiempo, si es necesario parar como me pasó en 2013 porque necesitaba parar, lo hago. Hacía muchos años que venía tocando y no podía amanecer un sábado en mi casa. Me di cuenta que tengo que vivir otras cosas.
-¿Cómo definís este disco?
-Después de casi 20 años de que salió mi primer disco, siento que tengo que agradecer. Estar otra vez con nuevas canciones, con un disco en la mano, que se me abran las puertas, tener un público. Me siento privilegiada y estoy entusiasmada para encarar semejante gira.
-En estas casi dos décadas, has sido consecuente con tu música...
-Sí, es el trabajo de todos los días. Nosotros trabajamos en casa, incluso grabamos el disco en mi casa. Trabajamos todos los días. Es la única manera de estar al día.