Era la cuarta vez que Diego Armando Maradona pisaba suelo mendocino. Las anteriores, en 1978, en San Rafael (con la Selección Juvenil), y dos veces en ese año 79: en abril con la Selección Mayor y en junio con Argentinos Juniors, el día que el árbitro Rafael Bogdanowsky le mostró la roja en un amistoso que el Bicho perdió con Gimnasia (1-3) y el astro fue sancionado con seis partidos.
Procedente de la provincia de San Juan y acompañado por su hermano menor (Hugo), el Diez había llegado aparte de la delegación de Argentinos el sábado 13 de octubre.
El título de campeón mundial juvenil en Japón estaba recién sacado del horno y su popularidad iba en aumento. Por eso, una gran cantidad de público fue a recibirlo al entonces aeropuerto El Plumerillo.
Y llegó el domingo. Luego de recibir una plaqueta recordatoria por parte del entonces gobernador, Brigadier Mayor Jorge Sixto Fernández, comenzó la acción en el Parque. Se jugaba la séptima fecha del Torneo Nacional de 1979 y ni la Lepra ni el Bicho habían podido cantar victoria. El Azul se había armado a último momento para afrontar su cuarta participación en Primera División, la campaña era mala y qué mejor oportunidad que enderezar el barco ante el equipo del mejor jugador del mundo.
En esos tiempos, Maradona no paraba de romper redes. En el Metropolitano de ese año había convertido 22 goles. Y siguió con su fanea. A los 19’ aprovechó un error en el fondo leproso, le ganó en velocidad a Chavero y definió a la derecha de Reggi. El Bicho pegaba primero. Pero la Lepra gestó la remontada: corrían 44 minutos, Funes recibió una pelota en profundidad y cuando salió a cubrir Rigante definió por sobre el arquero.
Los volantes de Independiente prevalecieron y habilitaron en forma continua a los delanteros. González asistió a Figueroa y este dejó sin chances al arquero del Bicho. La diferencia pudo ser mayor para el Azul, que según las crónicas de la época fue un cómodo y justiciero ganador.