Hace algunas semanas estalló la polémica menos pensada. Coti Sorokin salió al cruce de Diego Torres por unas declaraciones que brindó en las que se atribuía la autoría de 'Color Esperanza'.
Ante la consulta sobre el éxito que alcanzó la canción, Torres respondió: "Los éxitos no hay que entenderlos, se tienen que disfrutar. Hay que tratar de no volverse loco y tampoco luchar contra ellos. Para mí haber hecho esa canción jamás fue una presión, sino una bendición".
Ante estas palabras, el cantautor rosarino respondió: "Si vos contás la verdad se acaba esta polémica idiota que me da mucha pereza y tengo cosas mucho más interesantes que hacer". El cruce también incluyó a Cachorro López, el tercer autor del tema.
Varios artistas se ubicaron de un lado y el otro de la polémica. Esta vez, Manuel Wirtz, cantante, compositor y amigo del hijo de Lolita Torres, habló del asunto: "En realidad la polémica no la generó Diego, fue una sensación o mala interpretación o algo que vaya a saber qué. Coti dijo lo suyo, Cachorro y Diego también, está todo más que claro", expresó en diálogo con Radio Mitre.
"Desde el día que salió la canción, todo el mundo sabía que era de Sorokin y que había metido algo Cachorro y algo Diego", confió el intérprete de 'Hoy puedo morir de amor'. Y se mostró extrañado con el cruce entre los artistas: "Me sorprendió lo de Coti, lo conozco menos que a Diego, que es muy generoso y muy buena gente, es un artista del carajo, es un tipo generoso, super talentoso, agradecido y lo único que puedo decir es eso. No sé por qué Coti hizo lo que hizo".
Lo más polémico de las declaraciones se dio cuando Wirtz reconoció que para él "hay una cuestión de vanidades sueltas que cada uno tiene que resolver".
'Color esperanza' fue escrito entre septiembre y octubre de 2001, en uno de los momentos más duros para la historia moderna de nuestro país. El tema vio la luz en el segundo disco de Diego Torres, 'Un mundo diferente'. Su popularidad fue tal que el ex Banda de Golden Rocket lo cantó frente al papa Juan Pablo II.
Sobre esta pieza musical, Manuel afirmó sobre el final que “es tan bonita, tan esperanzadora, una vez que un tipo graba una canción, ya no le pertenece, es del viento, es de la gente, del mundo, del universo, salvo que la pongan en SADAIC con una cláusula que diga que no puede ser usada, pero es una canción que se pasó en el Vaticano y en muchos lados”.
