La finca de olivos de la firma ADBLick es parte de un negocio que llegó para captar la atención de inversores entre medianos y pequeños que buscan rendimientos estables y en dólares, quizás buscando una jubilación, o simplemente escapar de los vaivenes de la economía local. En este caso, la propuesta es apostar por el agro mendocino.
El Ingeniero Agrónomo y Gerente de la Finca, Manuel Diez, explicó que este es uno de los proyectos de la compañía que se dedica a hacer negocios agropecuarios, siendo el más importante de ellos el de granos (50.000 hectáreas sembradas en 7 zonas de la provincia de Buenos Aires, con diferentes cultivos para mitigar el impacto climático).
Unido a esto, la misma empresa se encuentran trabajando en un proyecto biomasa, de generación de energía a través del marlo y la chala del maíz. Se trata de un proyecto que forma parte del Renovar II y se basa en el aprovechamiento de productos que antes eran desechos de la cosecha y que hoy se procesan para que el producto sea volcada en la red eléctrica.
También tienen inversiones en proyectos ganaderos, de pecán en el Delta del Paraná, y en Mendoza desde hace hace casi diez años: Olivos.
-¿En qué consiste la inversión en Mendoza?
-En la provincia hay dos proyectos, que desarrollamos en nuestra finca de 832 hectáreas en Rivadavia. El primero está en marcha desde el año 2009, con 256 hectáreas y el segundo (Olivos II) está en ejecución desde 2010 con 576 hectáreas.
Se compró específicamente esa finca porque cuenta con un derecho de riego exclusivo para tomar agua del Río Tunuyán, que pasa justo por la entrada del campo, lo que asegura calidad y cantidad para toda la plantación.
Los dos proyectos se gestionan como uno solo, todos en alta densidad y con una cosecha 100% mecanizada, lo que lo hace un proyecto de bajo costos y altos rendimientos.
-¿Qué producción tienen?
De las hectáreas plantadas, el 60% se destina a aceite y el 40% a conservas. Tenemos cinco variedades de aceitunas, tres para aceite como la arbequina o la coratina y dos para conservas: hojiblanca y picual.
Estimamos cosechar 3.000.000 de kilos. Todos los años duplicamos la producción porque se trata de una plantación que está pleno crecimiento.
-¿Quiénes pueden invertir?
-Cualquiera que quiera entrar al negocio a un precio muy atractivo en función del nivel de desarrollo que ha adquirido el Olivar. Uno de los mayores costos que tiene este proyecto es el tiempo hasta que las plantas adquieren madurez y hoy se pueden sumar a algo que está en marcha hace varios años y en plena producción.
De los dos proyectos, uno está en plena producción y el Olivos II todavía tiene una parte en venta, se están vendiendo acciones y está abierta la posibilidad de entrar en el proyecto.
Todo inversor participa en la compra de tierra productiva y además recibe renta por la comercialización de la producción (aceituna mesa y/o aceite). Este es un negocio de revalorización más flujo: dónde no sólo gozás de una apreciación del activo por ser dueño de la tierra, sino que además tenés un flujo de renta anual que deriva de la propia actividad (producción y comercialización aceituna de mesa y aceite) del 8%.
-¿Quiénes son sus inversores?
-En su mayoría son argentinos, tanto de Mendoza como de Buenos Aires, muchos son profesionales o comerciantes a los que les ha ido bien y sienten el orgullo de invertir en su país y tener asegurado un dinero relativamente estable para su jubilación, y hasta entonces también, rendimientos a mediano plazo en dólares en un cultivo muy estable como es el olivo.
Se invierte una única vez, y el inversor o accionista cobra después de cada año su porcentaje en base a los rendimientos que se obtuvieron.
-¿De qué variables depende?
-Por tratarse de productos exportables, las ventas se hacen en dólares y dependen de los precios internacionales del aceite. Los españoles (uno de los principales formadores de precios), tratan de que los valores se mantengan estables, ni como el boom del 2008, ni a precios bajos, a la comunidad europea le interesa mayormente la rentabilidad.
Igualmente, mientras los costos sean bajos, los rendimientos tienden a ser estables.
Perfil
Manuel Diez tiene 36 años es Ingeniero Agrónomo de la Universidad Nacional de Cuyo y tiene un MBA del IAE Business School de la Universidad Austral. Está casado y tiene tres hijos.