Manuel Corvalán Sotomayor, el prócer mendocino “invisible”

Integró el Ejército Sanmartiniano, fue quien dio la novedad de la Revolución de 1810 y trajo la bandera de los Andes a Mendoza.

Manuel Corvalán Sotomayor, el prócer mendocino “invisible”

El general mendocino Manuel de la Trinidad Corvalán Sotomayor es un prócer del que poco se habla. Según confirmó su chosna (hija del tataranieto del prócer), Haydée Silva, sólo hay una escuela en San Rafael que lleva su nombre.

Nacido el 28 de mayo de 1774, Corvalán Sotomayor fue quien trajo la noticia de la Revolución de Mayo de 1810 a nuestra provincia, integró el Ejército de los Andes y recuperó desde Chile en 1823 la bandera del mismo que hoy está expuesta en el memorial del Parque Cívico.

“Su hermana más chica, Margarita, era íntima amiga de (la esposa de San Martín) Remedios de Escalada”, contó Haydée, rememorando emocionada la historia que tantas veces escuchó en voz de sus abuelos.

“El General” (como ella le llama con respeto y emoción) viajó a Buenos Aires a estudiar en el Real Colegio de San Carlos y en 1806 defendió el país durante las primeras invasiones inglesas.

“Ahí empezó su carrera militar y fue destacándose. Pero él era ganadero, no tenía formación militar”, contó la mujer, que es ingeniera en informática y que tiene 73 años, justamente la misma edad que tenía Corvalán Sotomayor cuando pasó a la inmortalidad.

El 6 de marzo de 1810 lo designaron comandante de frontera en Mendoza y fue él quien recibió la noticia de la Revolución en el Cabildo, aunque también llegó más tarde la buena nueva. “El 13 de junio de 1810 llegó el mensajero a la Plaza Mayor de Mendoza y le dio la novedad.

Él la comunicó y el pueblo la recibió con alegría, aceptando masivamente el movimiento revolucionario”, contó Silva, quien destacó que luego fue nombrado comandante general de Fronteras y teniente gobernador en San Juan, entre otras distinciones.

El prócer cruzó dos veces la cordillera: un para traer dinero y armas de O'Higgins y otra que lo trajo de vuelta con la bandera del Ejército de los Andes. “En 1823, el gobernador Pedro Molina le encomendó gestionar del gobierno de Chile la devolución de la Bandera, que había llevado a Perú”, resumió, agregando que también fue edecán de Juan Manuel de Rosas.

“Después de haber sido un hombre de fortuna, falleció en la más completa pobreza el 9 de febrero de 1947. Fue un gran hombre y no escatimó a la hora de ayudar a la patria. Hace falta su ejemplo”, sentenció emocionada Haydée.

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