El argentino Manu Ginóbili relató un poco la actualidad de los Spurs dentro de la NBA y también tocó otros temas de importancia: irregularidad desde el juego que presenta San Antonio (no a nivel récord porque ha ganado muchos partidos sin su mejor despliegue), su nivel personal, su temporada especial que vive en San Antonio, ya que comparte equipo con el argentino Nicolás Laprovittola y el retiro de Tim Duncan.
También le dedicó un párrafo a lo sucedido con Pablo Prigioni, desde su salida de Houston a esta feliz nueva etapa que vivirá con el Baskonia. A continuación su columna habitual que publica el Diario La Nación.
“La competencia es muy larga, pero sabemos que no estamos jugando bien y aún así estamos ganando. No jugamos como pretendemos y no sabemos bien cuáles son las razones. De todas formas, seguimos trabajando en eso. Sabemos que en defensa es lógico que todavía no hayamos encontrado nuestra mejor versión; la iremos construyendo juego tras juego. El año pasado arrancamos muy arriba desde el primer día y quizá esa es la diferencia que se advierte con este comienzo. Pero la realidad es que en otros años también fuimos de a poco creciendo como equipo y nos fuimos acomodando. Ojo, sabemos que en ataque tampoco estamos bien y la verdad es que hay un poco de preocupación, porque a todos nos gusta jugar bien. Lo que queremos siempre es terminar los partidos y sentirnos satisfechos, pero la realidad nos dice que hoy no lo estamos sintiendo. Hay partidos en los que nos alcanza con arrestos individuales, porque tenemos profundidad y mejores jugadores, pero definitivamente no estamos haciendo el juego que pretendemos".
A nivel individual tampoco estoy como quiero. Contra los Bulls no pude meter una y tiré los tiros más solos del torneo, pero que no haya anotado no es una preocupación en sí.
Es verdad que tuve una noche espantosa contra Chicago, pero me fue mejor ante Brooklyn. La segunda unidad sacó buenas ventajas y nos sentimos bien. Lo que pasa que cuando uno deja de ser actor principal de un equipo, hay veces que te toca estar en el centro del asunto y otras veces no. Pero cuando en un equipo están bien definidos los roles. Nosotros en eso estamos aceitados.
Sabemos que no hay que forzar nada cuando uno tiene cero puntos. Sé que no estoy jugando del todo bien, que tampoco lo está haciendo el equipo. En ese contexto, todas sus partes se deslucen. Por eso tratamos de mejorar, así todos nos sentimos útiles. Sabemos que en el último juego lo hicimos bien, pero en general no fluye todo como queremos.
Lo bueno para mí es que Pop sabe qué le puedo dar al equipo, que tengo algunas cositas que son útiles para el sistema, por eso tengo casi 20’ por juego.
Quizá no tengo la explosión física de otro compañero y Pop sabe que no voy a defender al mejor jugador rival y voy a hacer 28 puntos. Pero tengo mis cosas. En un equipo profundo, perfeccionista, hay roles para todos y momentos para todos.
Son muchas las cosas que voy viviendo en esta temporada y tener a Nico Apostolada en el equipo es algo genial. Es bueno verlo en el campo. Fueron casi tres semanas que no vio minutos, pero es algo lógico y quizá hasta puede volver a suceder. Sé que es incómodo, es aburrido y hasta te podés llegar a sentir apartado del equipo, aún cuando no lo estás. Uno es jugador de basquetbol y quiere competir, estar dentro del campo, así que cuando Nico no puedo hacerlo, no fue fácil para él. Pero bueno, lo positivo de esto es que cuando Nico tuvo la oportunidad la aprovechó.
Cuando Parker estuvo lesionado mantuvo al equipo a buen nivel y se está ganando el respeto del equipo. Además, está ganando experiencia dentro de los partidos. Porque podés entrenarte, jugar dos contra dos o tres contra tres o tirar dos millones de tiros al aro, pero lo que necesitás es que te defiendan jugadores NBA, que penetres y te choques con ellos. Que compitas con las cualidades atléticas que tienen estos monstruos de acá. Y Nico está logrando esa confianza y es fantástico.
El tema del retiro de la camiseta de Tim Duncan es una situación especial. Falta cada vez menos y ahora sí se viene de verdad la ceremonia del retiro (será el 18 de diciembre). Va a ser un momento emotivo, que creo que lo necesitamos todos. Él, me parece, es el que menos lo necesita. También para la gente será importante. Porque nunca lo anunció en la temporada pasada y es como que no se le pudo dar el abrazo final que se merece.
Y en este camino de emociones. me había dolió lo que pasó con Pablo Prigioni. No evalúo si es justo o no, porque no estoy en el equipo y no sé cómo se desarrollan las cosas (fue despedido por Houston dos días antes de empezar el torneo). Pero sí no me pareció bien que él no lo supiera y que se enterase por un tuit. Eso me pareció una barbaridad, no me gustó y no creo que se lo merezca una leyenda como él.
Es un tipo que ganó todo y que siempre sumó en cualquier circunstancia para el equipo. Ahora estoy contento porque él está feliz. Vuelve al lugar especial, donde brilló (Baskonia) y lo están esperando con los brazos abiertos. Es lo que un tipo como él se merece. Me pone feliz. Todo es positivo”.