Un hincha dijo antes del inicio del partido: “si sos hincha de Gimnasia y no sufrís es porque no sos tan hincha de Gimnasia”. Sabias palabras.
Es que ayer el Lobo logró sacarse una gran espina, ya que hizo su trabajo y además se le dieron parcialmente los resultados necesarios para mantener la categoría, pero nada fue gratis porque dependió de una tarde inolvidable para los dos más experimentados del plantel: Matías Alasia y Sergio Oga. El arquero fue la figura indiscutible del partido y el cordobés fue el autor del gol más gritado de la temporada.
Es que el Lobo no ganaba hace cinco partidos y porque también hacía bastante que no arrancaba ganando desde temprano y así poder controlar el ritmo del partido.
Es que Gimnasia salió a jugar el partido como una verdadera final. Presionó a Villa Dálmine bien arriba, ahogando la salida e intentó generar juego asociado entre Lastra, Carranza y Oga quienes generaron la jugada que precedió al gol.
De ahí en más todo fue como un partido de ajedrez, ninguno de los dos hizo movimientos innecesarios e intentaban lastimar con las flaquezas del rival.
La lesión de Lastra y el ingreso de Farías hizo que cambie el plantel de Gimnasia, ya que el “Tecla” se estacionó como delantero de área y dejó que Carranza se mueva por las bandas.
En el segundo tiempo la visita movió el tablero, ya que Rondina mandó a la cancha un delantero y sacó un volante, desarmando ese orden que tenía la visita. Así se hizo dueño del partido y comenzó a mandar para atrás al local.
Luego del parate de más de 20 minutos, Villa Dálmine siguió buscando por todos lados el empate pero ahí fue cuando Alasia se hizo gigante y no dejó prosperar las esperanzas violetas.
El pitazo final de Beligoy hizo que todos los hinchas presentes en el estadio exploten de emoción porque los resultados se estaban dando y Gimnasia se mantenía en la categoría, pero la suspensión del partido en Lomas de Zamora hizo que este Lobo de los milagros tenga que esperar unas horas para darle rienda suelta a los festejos.
