Sólo un lugar en la cima. Y dos equipos que escalan a grandes pasos. Firmes. Sin perder terreno. El excepcional Tomba que ya no sorprende a nadie por un lado, el San Lorenzo de grandes hazañas por el otro.
La recta decisiva los tiene muy sólidos en la punta, aunque está claro que si termina así el certamen, será el Expreso quien juegue la final del campeonato por diferencia de gol. Claro, faltan tres fechas y todo puede pasar en una novela apasionante.
Lo que viene realizando el equipo de Sebastián Méndez es realmente espectacular, sacándose de encima a rivales de jerarquía y arribando a esta instancia con la confianza por las nubes. Sustentado en una identidad futbolística donde la premisa es ser protagonista, sin apellidos rutilantes y con el trabajo colectivo como estandarte.
Para el Ciclón, por plantel e historia, es casi una obligación pelear por el título. Cuando parecía que se despedía rápido de cualquier pretensión, metió una racha de triunfos que lo posicionó junto al Bodeguero. Está claro que sobre su espalda pesa la mayor presión para desembarcar en Córdoba y buscar la vuelta.
En la Bodega no se conforman con estar arriba, el elenco del Gallego va por todo. Sueña con la gloria y quiere que se haga realidad. Ya no hay nada que lo frene en su carrera, pretende la corona y el pase a la Copa Libertadores. El hambre por ser campeón está intacto.
¿Será una cuestión de oficio? ¿Mental? ¿Futbolística? Más allá de los interrogantes, Godoy Cruz reúne todos los argumentos para ratificar, en esta etapa crucial, lo que viene exhibiendo a lo largo de la temporada.
Le restan tres estaciones para la final, y después la frutilla del postre… Ojalá pueda inscribir su nombre en la historia grande.
