El portero Jorge Mangeri, detenido e imputado por el crimen de Ángeles Rawson (16) ocurrido en junio pasado en el barrio porteño de Palermo, aseguró entre lágrimas que "nunca violaría a una menor de edad" y reiteró que es inocente del homicidio.
Mangeri, ex encargado del edificio de Ravignani 2360 donde vivía la menor, declaró por más de cinco horas ante el juez de instrucción Javier Ríos y respondió todas las preguntas que le hicieron el magistrado y la fiscal Paula Asaro y lloró en varios tramos de su relato.
"Nunca violaría a una menor", aseguró el imputado cuando fue consultado sobre si había atacado a la adolescente y detalló que las 33 heridas que tiene en diferentes partes del cuerpo se corresponden con la caída que sufrió de una escalera.
Vestido con remera marrón y pantalón, Mangeri llegó esposado a los Tribunales porteños pasado el mediodía. Escoltado por personal del Servicio Penitenciario Federal, el portero fue llevado al despacho del juez Ríos, donde cerca de las 14 fue indagado por quinta vez desde su detención.
En primer término, el juez lo notificó sobre la nueva acusación en su contra: "homicidio doblemente agravado por femicidio" (cuando la víctima es una mujer y mediare violencia de género) y por "criminis causa" (cuando se mata para ocultar otro delito, en este caso el ataque sexual, y lograr la impunidad), lo que se castiga con prisión perpetua.
Ríos agravó la acusación luego de las conclusiones de la última junta médica que confirmaron que la chica fue asesinada durante un ataque sexual.
Mangeri insistió en que es "completamente" inocente y dijo que no entiende cómo su ADN apareció bajo las uñas de Ángeles.
La nueva toma de declaración dispuesta por el magistrado es una respuesta a los pedidos de nueva declaración que hicieron la fiscalía y la querella, luego de que la Cámara del Crimen rechazase una serie de nulidades pedidas por la defensa.
Días atrás, el Cuerpo Médico Forense confirmó que Ángeles fue asesinada en el contexto de un ataque sexual, ya que los estudios confirmaron que presentaba lesiones defensivas y paragenitales "compatibles con las observadas en las agresiones sexuales".
Para los peritos, la víctima murió asfixiada en una maniobra que no duró menos de cinco minutos que incluyó un mecanismo mixto de estrangulación y sofocación manual. Además presentaba siete fracturas de carácter vital -clavícula, la primera vértebra y cinco costillas-, que para los investigadores fueron producidas por el asesino en el brutal ataque.
Debido a que Mangeri se sintió "indignado" con esas conclusiones, les pidió a sus dos defensores, Marcelo Biondi y Miguel Pierri, volver a declarar ante el juez.
