Tu cuerpo hoy no está funcionando bien energéticamente. Está gastando el doble de energía para hacer lo básico; como ir de tu casa al trabajo o mantener la postura sentado mientras estás trabajando. Pero ¿por qué gasta el doble?
Porque el cuerpo está descompensado, descoordinado. Por lo tanto, utiliza los músculos del movimiento para mantener posturas estáticas. De esta forma aparecen las contracturas, es decir, las restricciones miofasciales y progresivamente los dolores crónicos de cuello y cintura.
Desde este punto de vista la osteopatía se encarga de reestructurar al cuerpo para que vuelva a ser económico energéticamente, con mayor movilidad y mayor coordinación.
Estas contracturas, estas restricciones miofasciales, no se quedan localizadas en ciertos músculos sino que van haciéndose cada vez más profundas llegando a nuestros órganos, así como también a nuestro cráneo, produciendo distintos síntomas como por ejemplo mareos, náuseas, colon irritable, gastritis y dolores localizados.
Cuando te levantás a la mañana cansado no es sólo porque no dormiste bien sino que también tu hígado (el laboratorio del cuerpo) no está funcionando bien. Le falta vitalidad, ¿por qué? Porque tenés como antecedentes una hepatitis, porque tu dieta no es la adecuada, porque hay emociones negativas retenidas en esta víscera o porque saliste una noche y tomaste mucho alcohol. De esta forma el hígado colapsa.
Pero, también el hígado puede estar en disfunción por un antecedente quirúrgico, por ejemplo una apendicitis. En este caso la cicatriz (la fascia) tironea hacia abajo al hígado perturbando su movilidad y su buen funcionamiento
Con técnicas de partes blandas (músculo, víscera, fascia) y técnicas de manipulación (óseo), la osteopatía consigue que el cuerpo vuelva a un nuevo equilibrio fisiológico, energéticamente y con mayor adaptación al medio ambiente, a su espacio de trabajo, a sus actividades diarias.
La osteopatía consigue aumentar la vitalidad del cuerpo ya que las técnicas mejoran la inervación, el nervio que da la función al músculo u órgano y la circulación, si hay circulación hay vida en el cuerpo.
FUNDAMENTOS DE LA OSTEOPATÍA
La osteopatía tiene dos fundamentos; la columna vertebral y los reflejos medulares somatoviscerales, por una lado, y la fascia como tejido de unión y sostén del cuerpo, por el otro.
Cuando no se hace un buen uso del cuerpo, la columna comienza a sufrir disfunciones en rotación. Si una vértebra se rota produce una alteración de los reflejos medulares con la aparición de síntomas localizados y a distancia. En tanto que la fascia es un tejido que sostiene y une a todo nuestro cuerpo, va desde la cabeza a los pies y desde la piel, pasando por los músculos hasta llegar a los órganos y huesos.
Asesoró: Valeria Ochoa, licenciada en Kinesiología Mat. Nº 698.