Treinta minutos de todo lo bueno que se hizo en La Punta y sesenta de lo muy pobre que se mostró ante Andino de La Rioja. Cóctel que pudo haber resultado letal.
En los primeros treinta del encuentro, Gimnasia se floreó por adentro y también por afuera. Pereyra y Amaya se hacían un festín cuando se juntaban al ras del piso (Oga participó mucho menos) y cada vez que la tiraban larga por afuera, Carrizo y Olmedo rompían en velocidad y llegaban hasta el fondo.
Eran lacerantes, desequilibrantes. Así fue que llegaron los goles de Prost, ambos por seguir la jugada hasta el final. A los 8 minutos, el Lobo ganaba 2-0 y con los modos que más le gusta.
Aunque también es consciente que esta ferocidad ofensiva lo expone. Romero (por lejos lo mejor del equipo catamarqueño) pudo descontar en dos ocasiones.
En la primera el delantero le movió el arco a Alasia con un disparo de treinta metros que dio en el travesaño y más tarde con un zurdazo lo hizo revolcar otra vez al portero Mensana.
Habían pasado los treinta minutos de furia y el 2-0 era el saldo. Ya San Lorenzo se iba al entretiempo dejando una imagen muy mejorada en el epílogo de esa primera etapa. Y en el complemento se agigantó.
Con mucho de vergüenza deportiva, el equipo de Hugo Corbalán le quitó la pelota a Gimnasia y a los 8 minutos, Romero hizo otra de las suyas: encaró con pelota dominada, ganó en velocidad, entró al área y ejecutó a Alasia.
Tempranero descuento que terminó por demacrar esa imagen inicial brillante del Lobo, que terminó pidiendo la hora. El Santo lo guapeó, se lo llevó por delante con más ímpetu que buen juego y hasta casi lo empata en la última del partido.
Prolongar, hacer perdurable ese Lobo de La Punta y enterrar al Lobo versión Andino de La Rioja. De esto se tratará la semana de trabajo. Enterrar los fantasmas y que no vuelvan más.
La barra no entró y hubo incidentes
Por primera vez, luego de que la Comisión Directiva decidiera el ingreso al estadio sólo para socios, se registraron incidentes en calle Lencinas. Los barras de Gimnasia quisieron entrar sin pagar su entrada y allí actuó rápidamente la Policía con balas y gases para despejar la entrada.
“Los Famosos Treinta y Tres” no pudieron ingresar y los pocos que estuvieron dentro insultaron al vicepresidente sobre el final del partido. Los barras meten presión y exigen que se les dé entradas, algo que ya le vienen haciendo saber a los popes blanquinegros, quienes no acceden a la petición. Conflicto en puerta (de entrada).