Nelson Mandela
será recordado, entre otras tantas cosas, como el hombre que originó la unión del pueblo sudafricano a través del deporte. El Mundial de rugby 1995, jugado en ese país, fue la excusa perfecta para que blancos y negros se fundieran en un abrazo eterno que marcaría un antes y después en la difícil historia del país africano.
El apoyo al deporte como bastión fundamental de inclusión social y cultural llevó a Sudáfrica a conseguir la corona en aquella recordada final ante Nueva Zelanda, que terminaría con un agónico triunfo local por 15-12.
La gesta deportiva más importante de aquel país sería llevada al cine de la mano de Clint Eastwood en "Invictus", que rememora la hazana de los Springboks tras quedar afuera de las competiciones en 1987 y 1991 por las políticas del Apartheid.
El pueblo sudafricano y los amantes del rugby mundial despiden hoy a uno de los mayores protagonistas del crecimiento deportivo en el sur del continente negro.