Mami, ¿de dónde vienen los bebés?

Llega un momento en la vida que es inevitable: cuando los hijos, a su temprana edad, preguntan de dónde vienen. Algunos consejos para responder a esas preguntas y ayudar en el desarrollo sexual de los chicos.

Mami, ¿de dónde vienen los bebés?
Mami, ¿de dónde vienen los bebés?

“¿Cómo llegan el bebé a la panza de mamá?”, “¿cómo sale de la panza?”, “¿por qué tengo compañeros con dos papás o dos mamás?”. Aquellos que son padres seguro han pasado momentos de nerviosismo al escuchar a sus hijos hacerles estas preguntas. Y esto es lo más natural del mundo. Los hijos quieren saber y los padres deben responder para colaborar en su buen desarrollo sexual.

Es recomendable que los padres traten temas relacionados con la sexualidad desde que sus hijos son pequeños y durante toda la vida. Los cuatro años de edad es un buen momento para comenzar a hablar de estos temas, pero esas charlas deben ser propiciadas por los pequeños.

Son ellos los que tienen dudas, y a medida que éstas aparezcan comenzarán a preguntar a mamá o a papá y no podemos evadir la respuesta, ni delegarla; hay que responder en forma sincera y con el vocabulario adecuado, acorde a la edad del niño curioso.

“Cuando el niño es pequeño (4 años de edad), podemos hablar de semilla o de huevo, decirle que papá y mamá tienen cada uno su semilla y que producto del amor que se tienen esas semillas se unen y llegan los bebés”, analiza Ximena Olivares -psicóloga infantil-.

A un niño con 10 años, podemos hablarle de pene, vagina, vulva…  Sí, podemos mantener la idea de la semilla; pero también le podemos explicar claramente cómo se da la unión que forma al bebé”, agrega la profesional.

Y remarca evitar incluir en la explicación la idea de cigüeña,  zapallo o maceta. Eso confunde al niño y lo perturba, ya que se queda esperando a la cigüeña porque es quien le traerá a su hermanito o ve una maceta y cree que allí se esconde un bebé.

Importa mucho cómo el padre empieza a hablar de sexualidad con el niño, esto forma parte de la construcción sexual que tenga el pequeño y no sólo en su niñez temprana, sino también durante la etapa de pre-pubertad y su adolescencia.

Si desde chicos no se les habla con la verdad, cuando estén en pleno desarrollo sexual no sabrán cómo enfrentar la situación y, lo que es peor, no sabrán en quién confiar para despejar sus dudas y poder disfrutar de las experiencias de la vida.


Qué incluye hablar de sexualidad
La sexualidad es un tema muy amplio que no debe evitarse a la hora de hablar con los hijos. Ellos quieren saber, es parte de su educación y qué mejor que los padres para poder brindársela. Al hablar de estos temas hay que considerar muchos aspectos para ser claros e ir respondiendo a las dudas de los chicos.

Es bueno incluir en la charla temas como: el conocimiento del cuerpo masculino y femenino, su funcionamiento, el desarrollo humano, el período menstrual, la reproducción, los tipos de parejas, el comportamiento sexual, el embarazo y la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Podemos hacerlo con la ayuda de un profesional que colabore en responder preguntas íntimas, y además podemos usar material educativo en formato visual, dibujos, cuentos, canciones, entre otras.

Lo recomendable es siempre explicar en función de la edad del niño/a, cuidando su integridad para garantizar que sus dudas vayan siendo resueltas a medida que van surgiendo. No darle información que esté de más, sino la que ellos van pidiendo. Y siempre preguntarles si la explicación brindada fue suficiente o si tienen alguna otra duda.

Es bueno decirles que, además de juntarse las semillas, “se juntan un montón de otras cosas como el amor, el respeto, la comprensión, el compromiso, el cariño, etc., entre dos personas; sean de sexos diferentes o del mismo sexo”, aclara Ximena Olivares.

No hay que olvidar que en la educación sexual de hoy en día se habla de por qué dos hombres están juntos y por qué dos mujeres están juntas y tienen hijos.

Siempre hay que educar en el amor, enseñar que en una pareja primero reina el amor, el respeto, la comprensión, y la confianza. Porque así podemos explicar por qué las parejas homosexuales pueden tener hijos. En ellos reina el amor, quizás no la semilla, pero la base de todas relaciones está presente.

- ¿Hasta dónde sabe el niño de sexualidad?

- Eso depende de las conversaciones y del tiempo que los padres les dediquen a esas charlas, que no son más que dudas naturales que surgen desde edades tempranas.

Es bueno usar las palabras justas y verdaderas. Evitar retarlo en caso de que se toque, por ejemplo; ya que el niño puede creer que eso es malo y reprimirse, no animarse a preguntar, no querer tener relaciones en su adolescencia o, en caso de tenerlas, no disfrutarlas.

La información debe darse en la casa. Aquel padre que va respondiendo las preguntas que paulatinamente va haciéndole su hijo sobre sexualidad, va construyendo una sólida relación para que cuando sea adolescente sienta confianza para hablar de lo que le está pasando y como quiere experimentar su sexualidad, explica la psicóloga.

No es bueno dejar pasar el tiempo y de un momento a otro darle toda la información en una sola charla, el niño no logrará comprender lo que se le dice, puede asustarse incluso sentir vergüenza. Es mejor hacerlo en forma progresiva y cuando tengan una charla profunda lo será por temas determinados y dudas más delicadas.

Cuando el diálogo entre padres e hijos se transforma en un hábito -considerando el vocabulario acorde a cada edad- en la etapa de adolescencia, el joven se anima a preguntar lo que sea y se crea una relación fluida.

Esto hace que la experiencia sea diferente, que los jóvenes aprendan a aceptar y conocer su cuerpo, tomen decisiones más claras y seguras e, incluso, suelen ser más propensos a posponer la actividad sexual; además de reforzar el amor propio y la confianza en sí mismos.

A un padre que esté acostumbrado  a hablar de sexualidad con su hijo no le va a sorprender cuando de adolescente le pregunte cómo prepararse para tener relaciones sexuales por primera vez. Y va a acompañar a su hijo para tomar decisiones y ver las posibilidades adecuadas para cuidarse y así disfrutar del acto sexual en forma responsable.

Es bueno que los padres pierdan los miedos y hablen estos temas con sus hijos, en forma seria y sincera.

Y es importante que lo hagan juntos, que no deleguen la responsabilidad de hablar de sexualidad con su hijo. En caso de padres que están juntos, es recomendable que se sienten sin vergüenza a charlar con el niño y crear lazos de confianza así en la adolescencia siguen manteniendo esas charlas: pueden hacerlo con dibujos, videos, muñecos, etc.

Para aquellos padres que se encuentran separados es importante que se pongan de acuerdo en un mismo discurso para brindar información. Que ambos sostengan el mismo conocimiento y colaboren en el manejo de la situación, aunque los transmita uno solo.

Si los padres sienten que no pueden, o no saben, cómo comenzar con esta charla la especialista recomienda consultar con un profesional para acompañar la información a brindar, y así garantizar una buena sexualidad a nuestros hijos.

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