El informe preliminar de Prefectura Naval Argentina respecto del hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado el pasado 17 de octubre en el río Chubut indica que el joven muy probablemente se ahogó al caer a un pozo de 3 metros de profundidad en una zona de difícil acceso, donde la vegetación es tan abundante que no deja pasar la luz del sol.
Los especialistas también relataron que el tatuador estaba en "posición fetal", una reacción corporal al agua y a las bajas temperaturas propia de las personas que han perecido ahogadas, según les indica su experiencia en el tema.
Con esto se abona todavía más la teoría de que no hubo violencia contra el joven y que falleció en el caudal por no saber nadar, entre otros factores.
Según indicaron fuentes a Clarín, el cuerpo se encontraba a 7 metros de la orilla entre ramas, palos y raíces.
Se trata de un sector -a 110 metros de la Zona Cero aproximadamente- considerado por los buzos de Prefectura Naval como "muy peligroso" y de "difícil acceso" incluso para ellos mismos.
En su opinión, observar a simple vista el cuerpo, prácticamente cubierto de vegetación y enganchado entre las ramas, hubiera sido difícil para cualquiera tomando como referencia el llano que antecede al Chubut.
De acuerdo a sus conclusiones preliminares, Maldonado pudo haber intentado cruzar en un área profunda del río donde el agua alcanzaría 1,70 metro.
Pero en su intento por volver a la orilla de la que había partido, asustado, se encontró con un pozo especialmente profundo de 3 metros -en general los pozos de este río rondan los 2 y 2,5 metros- de donde el cuerpo posiblemente jamás salió hasta que lo descubrieron días atrás en el operativo ordenado por el juez federal Gustavo Lleral.
El testigo "E", que fue quien estaba cruzando el río Chubut con Maldonado, en su testimonio dijo que el artesano no había podido cruzar y que le dijo que volvía a la orilla.
Para los especialistas, la caída de Maldonado en el pozo de agua habría sido rápida y definitiva, teorizan miembros de este grupo considerados entre los hombres que mejor conocen los ríos y lagos del sur.
Toman como argumentos, los kilos de ropa extra que cargaba el joven (31 kilos), el hecho de que no sabía nadar y le tenía pánico al agua, la corriente (5 kilómetros por hora), la temperatura del agua (entre 4 y 5 grados) y la abundante cantidad de ramas y raíces que podrían complicar el intento de salir a flote.
¿Por qué tardó tanto en flotar?
Los buzos creen que la ropa que tenía encima, sumado a las bajas temperaturas de características glaciales en el invierno (por esos días se registraron en Cushamen 15 grados bajo cero durante la noche), que a su vez inciden en la emanación de los gases producto de la descomposición, y en especial la enorme cantidad de ramas que ocultan la superficie y se prolongan hacia arriba hasta formar una especie de “techo” en el río, explican la lentitud del proceso.
Los especialistas informaron que el sector por el que el artesano intentó cruzar es complejo y altamente peligroso incluso para personas acostumbradas a este tipo de caudales.
“Los buzos tuvieron problemas para mantenerse en pie durante el rastrillaje en el agua. La corriente es tan fuerte que con un metro o metro y medio de agua ésta te comienza a levantar y puede llevarte a un pozo”, detalló una fuente vinculada a la investigación.
Los efectivos concluyeron que el tono de la piel y su consistencia es similar a la que han observado en otros cuerpos que pasaron largo tiempo en aguas frías de la zona cordillerana.