El bienestar animal en la cadena productiva pecuaria es un tema que cada día toma mayor relevancia en el sector productivo y científico. Un trabajo del Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA) del INTA Castelar determinó que los frigoríficos porcinos necesitan reevaluar las condiciones a las que son sometidos los animales de producción, para evitar una disminución en la calidad del producto y, además, pérdidas económicas.
Leandro Langman, uno de los autores del trabajo, señaló en la publicación Inta Informa que con este estudio se busca brindar “resultados concretos para que los empresarios del sector puedan visualizar las prácticas de manejo del ganado porcino en horas previas a la faena y sobre temas que abordan la cantidad y calidad de carne producida, la calidad ética y las exigencias reglamentarias”.
Con el título “Herramientas para la evaluación del bienestar animal en frigoríficos. ¿Cómo identificar problemas propios y de las etapas previas de la cadena?”, el trabajo toma como base indicadores de análisis en dos experiencias de bienestar animal: en la primera se evalúa desde la planta de faena el bienestar animal en la granja y durante el transporte; y, en la segunda, se realiza un diagnóstico y un plan de mejora en el frigorífico.
La investigación identifica el déficit en bienestar animal en los frigoríficos mediante indicadores comportamentales, fisiológicos, de calidad de canal -parámetros propios del animal que afectarán su rendimiento posterior- y de carne. “Con esto buscamos promover mejoras para los estándares a partir de hallar inconvenientes en distintas etapas de la cadena, tanto en la planta de faena porcina como en las fases previas”, expresó Langman.
Entre los puntos que se evaluaron para identificar problemas asociados al bienestar animal y alcanzar mejoras en los estándares, Langman explicó que la observación se realizó “a campo, durante el transporte y en el establecimiento de faena”.
De acuerdo con Langman, “la mayoría de los establecimientos de faena requieren correcciones en el diseño de sus instalaciones y en la capacitación del personal involucrado en las distintas tareas, que va desde la descarga en corrales de espera hasta correcciones en la insensibilización efectiva y sangrado del animal”.
Con estos resultados, “buscamos mejorar las prácticas para generar un impacto positivo en la cantidad y calidad de carne producida, los aspectos éticos, donde se procura evitar el sufrimiento innecesario de los animales, y las exigencias reglamentarias crecientes de terceros países que se transformarán en presiones para el sector productivo en cuestión”, indicó el especialista del INTA.
Detalles de la investigación
El equipo de investigación estableció dos ensayos. El primero estudió 180 animales con la misma genética, peso, dieta y tiempos de ayuno similares ubicados en tres granjas, en diferentes puntos del país.
Así, mediante el análisis de indicadores fisiológicos -recuento de glóbulos blancos, hematocrito, proteínas plasmáticas, glucemia, cortisol, lactato y creatin-kinasa-, la evaluación de contusiones en las cinco regiones de la canal: orejas, frontal, central, caudal y patas y de calidad de la carne, los especialistas apreciaron diferencias significativas entre las granjas evaluadas.
En el segundo ensayo, realizado en frigoríficos y sobre 1.315 animales, se evaluaron indicadores de comportamiento, como caída y resbalones en la descarga, caída en el manejo en los corrales, insensibilización en el primer intento y tiempo transcurrido entre insensibilización y sangrado, entre otros.
El equipo de investigación integrado por Sebastián Cunzolo, Darío Pighin, Fernanda Paschetta, Trinidad Soteras, Gabriela Grigioni y Fernando Carduza -investigadores del ITA- junto con Gisela Marcoppido, del Instituto de Patobiología del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas del INTA Castelar, y Patricio Davies, del INTA General Villegas -Buenos Aires-, obtuvo el primer premio de la Fundación ArgenINTA en la categoría Investigación y Desarrollo.