La decisión está tomada. Malargüe no tendrá Fiesta de la Vendimia ni será parte de los actos oficiales de la provincia. Lo confirmó el intendente Juan Manuel Ojeda a Los Andes luego de que fracasara el llamado a sesiones extraordinarias, cuando los ediles debían votar para ratificar o no el decreto municipal.
"Al no ser tratado por el Concejo, el decreto queda en plena vigencia", dijo Ojeda, afirmando así que hará uso de sus facultades al frente del Departamento Ejecutivo municipal y, por primera vez, desde su fundación, Malargüe no enviará reina ni participará de la Bendición, Vía Blanca, Carrusel y Acto Central.
La intención del flamante intendente era contar con el respaldo del Concejo Deliberante y sumar así el apoyo general de todas las instituciones y entidades empresariales a la propuesta. Sin embargo, la mayoría de los presidentes de bloque decidieron no convocar a extraordinarias y directamente ni siquiera tratar el decreto.
"Ayer nos reunimos, como establece el artículo 13 de nuestro reglamento interno del Honorable Concejo Deliberante, para votar si se consideraba el tratamiento en sesiones extraordinarias del decreto.
Los concejales del Frente Cambia Mendoza votamos por la afirmativa, mientras que la oposición (Frente Elegí y Frente Somos Mendoza) votó en contra. Nuestra idea era poder acompañar la decisión del intendente, pero lamentablemente la voluntad de la mayoría del HCD fue otra", contó el concejal radical Martín Palma.
De todos modos, Ojeda remarcó que cuenta con el respaldo de la población y de las principales entidades y Cámaras para llevar a delante esta decisión: "Malargüe debe empezar a valorizar su propia producción", afirmó.
Autoexclusión
La extrema postura de autoexcluirse de la Vendimia surgió luego de que la Legislatura sancionara la derogación de la Ley 9.202 y dejara otra vez en vigencia el texto original de la 7.722, conocida como Ley del Agua, y fue acordada por el jefe comunal, la Cámara de Comercio de Malargüe, representantes del Movimiento y el Consejo Asesor Minero, senadores provinciales y vecinos autoconvocados.
Días después de esa reunión, Gustavo Mirás, titular de la Cámara de Comercio de Malargüe, dialogó con Los Andes y contó que fue su idea que el departamento no participara de la Vendimia: "Fue una opinión personal, pero que recibió el apoyo de todos los presentes".
Es así que el 8 de enero, Ojeda envió el decreto N° 27/2020, en el que argumentó que la Vendimia era la celebración del vino y del trabajo de los viñateros, algo absolutamente ajeno a la realidad de Malargüe, que justamente "no cuenta con viñedos ni bodegas" y "se caracteriza por la cría de ganado caprino, la actividad turística, el petróleo y la minera", por lo que solicitó la exclusión departamental en los festejos vendimiales y pidió que se establezca la "Fiesta departamental del Trabajo y la Producción", como la festividad de la matriz productiva del departamento.
Este decreto ya entró en vigencia plena y la nueva fiesta en honor a la minería será complemento del tradicional Festival del Chivo y se celebrará el 31 de enero.
No obstante, este diario quiso dialogar con la ministra de Cultura y Turismo, Mariana Juri, para conocer si más allá de la decisión de Ojeda van a invitar al departamento a participar de algunas actividades como la Vendimia Federal, pero desde su entorno dijeron que, por temas de agenda, no podía atender la consulta.
Patricia Cecconato: “No comparto la decisión del intendente”
Malargüe es un departamento bastante joven, tiene tan sólo 69 años. Es por este motivo que su participación en la elección de la Reina comenzó recién en 1951, quince años después de la primera Fiesta nacional.
En todos estos años obtuvo sólo dos coronas nacionales. La primera, en 1991 cuando fue elegida Patricia Cecconato y la segunda y última vez fue en 2013, con la elección y coronación de Candela Berbel.
Los Andes charló con Patricia Cecconato para saber cuál era su opinión ante esta histórica medida y fue tajante: "La respeto pero no la comparto" y se explayó en sus fundamentos asegurando que, para ella, "Vendimia significa esfuerzo y la culminación de un año de trabajo", independientemente de la actividad productiva que sea.
"Es para celebrar un año de trabajo, ya sea de la vid o de la producción de papas o de chivos como tenemos acá en Malargüe. Es para todos los mendocinos una gran fiesta de fin de ciclo, de culminación del trabajo".
Agregó: "Nosotros, por ejemplo, acá tenemos el final de las veranadas de crianceros de chivos que coincide con el final de la cosecha y es un atractivo para el turista que quiere vivir experiencias de campo".
La ex soberana reconoció también que no fue consultada por ninguna autoridad municipal y que espera que sea una medida momentánea y que se revierta el próximo año.
En tanto, Cecconato destacó también que no comparte que el departamento no elija representante: "Para mí la Reina es cultura y, a través de ella, podríamos promocionar las riquezas de nuestra tierra, invitar a los turistas y contar las maravillas que tiene Malargüe. Es una gran oportunidad perdida".
Finalmente, Patricia recordó con felicidad su reinado: "Haber sido embajadora de la Vendimia y haber llevado a Malargüe la corona fue mágico, fue un gran privilegio que aún me llena de orgullo. Recuerdo a mi pueblo tan feliz. Fue muy emocionante". Rememoró que en ese momento no se cuestionó si Malargüe tenía o no viñedos y que en el carro con el que desfiló llevaban "bolsitas con piedras" para representar la producción minera.
En 2017, el Gobierno de Alfredo Cornejo federalizó la Bendición de los Frutos y Malargüe fue el elegida y recibió así una de las principales actividades relacionadas con la Fiesta Nacional de la Vendimia.