La instalación de un aerogenerador, fabricado por estudiantes de varios colegios de Malargüe, en la escuela albergue N° 8-493 José Ríos, de El Alambrado, permitió que esa comunidad educativa pueda contar con energía eléctrica toda la noche.
Es que hasta ahora, esta escuela albergue utilizaba paneles solares para generar energía y además se abastecían con un generador a combustión interna, mediante el cual se proveía energía sólo hasta las 12 de la noche.
El beneficio llegó como parte de un proyecto en el que se embarcaron varios protagonistas, liderados por la Asociación Argentina de Energía Eólica, en conjunto con la ONG 500 RPM -que enseña a construir molinos eólicos a particulares y a organizaciones para que puedan generar su propia energía y replicar este conocimiento- y alumnos y profesores de las escuelas técnicas Iszaky y General Manuel Savio. Mientras, en El Alambrado se dio participación a los alumnos del colegio José Ríos.
El puntapié inicial de este proyecto lo dio el edil radical Mauricio Martínez, quien se comunicó el año pasado con los responsables de la asociación 500 RPM y en diciembre se reunieron en el Concejo Deliberante de Malargüe. A mediados de este año los referentes de la organización civil viajaron hasta el departamento sureño y con el concejal se trasladaron hasta la mencionada escuela albergue, ubicada a unos 150 kilómetros de la ciudad, para realizar una evaluación de campo.
Luego se seleccionaron estudiantes de las escuelas Iszaky y Savio y se les dio un curso práctico intensivo para la construcción del aparato. También participaron algunos empresarios del medio, quienes se mostraron interesados en aprender. Finalmente, el fin de semana pasado el aerogenerador fue montado y puesto en marcha.
Trabajar y ayudar
El profesor de Taller de la escuela Iszaky, Andrés Ramírez, explicó a Los Andes que fue una experiencia “muy enriquecedora, porque de la nada hicimos el aerogenerador y aprendimos mucho”. Destacó la participación y compromiso de los alumnos involucrados: “Los chicos vinieron durante dos fines de semana y viajaron hasta El Alambrado; tuvieron un comportamiento impecable”.
Los referentes de 500 RPM pusieron la materia prima para la construcción y en la escuela Iszaky se armó el aerogenerador. Participaron diez alumnos de 3°, 4°, 5° y 6° año de esta institución y otros tres de 3° y 5° año de la Savio, a cargo de la docente Mirta Mendoza.
“Mediante una bobina se genera una corriente trifásica de 24 volts. Esa corriente baja hasta un tablero, que también armaron los chicos y se convierte la corriente externa que se fabrica en el generador. La convierte en corriente continua y de ahí se almacena en las baterías.
Después, de las baterías pasa a un inversor y ese inversor eleva la corriente a 220 volts. Esa energía puede ser utilizada por cualquier electrodoméstico”, explicó el profesor Ramírez.
El generador, de 12 metros de altura y con aspas de 90 centímetros, es de 350 vatios y, según los cálculos, sirve para una carga completa de las baterías del colegio y puede alimentar 15 bombillas de bajo consumo de 5 vatios durante 10 horas, un televisor durante 6 horas, una heladera durante 4 y una hora de lavarropas. Todo esto en conjunto.
“Lo lindo del molino es que tuvo un fin solidario”, destacó Nahuel Peyrous, alumno de 5° de la escuela Iszaky, además de contar que trabajaron mucho. Pedro Ríos explicó que el proyecto se dividió en sectores, como por ejemplo electricidad, carpintería y herrería, entre otros. Mientras, Mayra Blasco comentó que construyeron todo desde cero: desde las aspas, el rotor del aerogenerador, las bobinas y un tablero para convertir la energía.
Franco Cortés y Jonathan Navarro, ambos estudiantes de la Savio, agradecieron la hospitalidad de la escuela Iszaky, ya que allí se realizó todo el trabajo y destacaron que aprendieron “a trabajar con gente que no conocíamos. Además que con este tipo de proyecto pudimos ayudar a otras personas”.
Para cambiar la realidad de miles de personas
La ONG 500 RPM nació en mayo de 2011 en Buenos Aires y tiene como misión lograr que la energía eólica de baja potencia sea una tecnología de electrificación rural masiva, accesible y local en Argentina y el resto de América Latina.
Para ello brinda cursos prácticos de fabricación e instalación de aerogeneradores en Argentina y países limítrofes, y participa en proyectos socio-educativos como la capacitación de escuelas técnicas y universidades en la construcción e instalación de aerogeneradores para escuelas y pobladores rurales que no tienen energía.
Estos proyectos, explicaron desde 500 RPM a Los Andes, buscan introducir en el mundo de la energía eólica con un enfoque práctico y al mismo tiempo aprender el trabajo manual en diferentes disciplinas como herrería, carpintería, mecánica, electricidad, resina y fibra.