En las vacaciones de verano que están a un paso de terminar y en los últimos feriados largos, como por ejemplo el reciente de Carnaval, una zona muy visitada en nuestra provincia fue el Sur provincial, y dentro de esa geografía hacemos hincapié en Malargüe, la puerta de la Patagonia.
Quienes visitaron ese departamento en esta temporada encontraron una amplia oferta de posibilidades de paseos y visitas a lugares de gran belleza natural y a otros que fueron creados por la mano del hombre, y que amplían las posibilidades de conocimiento, destacándose entre estos el Observatorio Pierre Auger, donde los científicos estudian los llamados "rayos cósmicos".
La parte científica se complementa con el Planetario Malargüe, que posee un instrumento digital fijo instalado bajo una llamativa estructura piramidal azul y está acompañado por un museo de ciencias naturales con relojes de sol y un telescopio, además de un espectacular cine para la proyección de documentales.
Nadie se puede aburrir en la lejana geografía malargüina con la veintena de recorridos a lugares asombrosos, que no se repiten en otras zonas del territorio provincial, como la Laguna de la Niña Encantada (con acceso pago), el Pozo de las Ánimas ("dolina", gran pozo con espejo de agua al fondo), Los Molles (complejo termal), el centro internacional de esquí Las Leñas, el dique Blas Brísoli (criadero de truchas), los Castillos de Pincheira, la laguna de Llancanelo (sitio Ramsar por su gran valor ecológico) y una de las joyas ya no del departamento solamente sino del país: Payunia, increíble reserva natural de volcanes y extensas planicies, zona habitada por guanacos, choiques y otras especies.
Hay buena hotelería, cabañas, hostels y otras posibilidades de alojamiento, que obviamente completan su capacidad en distintas épocas del año.
Sin embargo, lo que se advierte negativamente en esta parte del suelo provincial es un déficit de caminos provinciales pavimentados y en buen estado, ya que algunos que conducen a los sitios descriptos se encuentran en condiciones de regulares a penosas.
No esperamos que se asfalte la ruta a la Payunia, por ejemplo, pero sí a otros escenarios más cercanos del radio céntrico y muchas calles que llevan a los turistas a sus hospedajes.
Es cierto, empero, que pronto la ruta nacional 40, que atraviesa el departamento, estará terminada y pavimentada, especialmente en el tramo entre Pareditas y El Sosneado, lo que facilitará la conexión terrestre con Malargüe.
Hacia el sur, al límite con Neuquén, también avanza una mejor traza de esta carretera que corre en paralelo a la cordillera de los Andes.
Pero, entonces, y como sostuvo el periódico local "Malargüe a diario", "el estado de las rutas en el departamento de Malargüe siempre ha sido un tema de discusión, porque los ciudadanos y turistas reclaman, y desde Vialidad reconocen que no tienen la maquinaria suficiente para cubrir la demanda".
Además, por los tiempos que corren el hecho de que el centro y los alrededores no cuenten con gas natural es un aspecto que no se puede entender y debería ser solucionado. La obra tendría que hacerse con el aporte de la Nación, la Provincia y los auxilios crediticios internacionales necesarios. La carencia del fluido conspira contra un buen desarrollo turístico y marcha a contramano de la creación de nuevos barrios para la población sureña.
Asimismo en el saldo negativo debemos contabilizar las irregulares y poco satisfactorias conexiones de internet y telefónicas que conspiran contra un interés básico del visitante: comunicarse.
Igualmente bregamos en esta columna por un desarrollo edilicio apropiado para Aduana y Migraciones en la antesala del paso internacional El Pehuenche, donde hoy los trámites se realizan, en la localidad de Las Loicas, en precarias casillas a un costado de la ruta 145. Una verdadera vergüenza.
