Una fuerte tormenta afectó al paraje Carapacho, a unos 70 kilómetros hacia el sur de la ciudad de Malargüe que provocó la muerte de casi 400 chivos pertenecientes a distintos crianceros de la zona. El fenómeno se registró en la jornada del domingo y duró alrededor de 5 horas y el granizo acumulado llegó a los 80 centímetros aproximadamente mientras que el agua caída superó el medio metro.
Personal de Guardarques, de Defensa Civil y del Municipio trabajaron en el lugar para ayudar a los damnificados. "La situación era crítica", comentó a este medio Andrés Quevedo, quien tiene a cargo la dirección de Promoción Económica de la Municipalidad de Malargüe.
La producción caprina es la principal actividad de los pobladores de esa zona y algunos puesteros resultaron más afectados que otros. Las familias dañadas por el fenómeno son 10, entre las que se puede mencionar la familia Díaz que perdió alrededor de 200 animales de un piño de 400, en tanto que el resto ronda los 20 chivos muertos.
"Muchos de los productores metieron a sus animales adentro de las casas como para resguardarlos y ellos son los que han tenido menos inconvenientes, pero aquellos chivos que estaban en el campo fueron los más perjudicados", detalló Quevedo. A lo que agregó: "Pobladores que viven allí desde hace 60 años nunca habían visto algo similar. Realmente fue una tormenta muy fuerte".
En tanto que sobre los chivos muertos no existe ningún fondo que ayude a estos puesteros afectados por lo que Quevedo anticipó que presentarán una propuesta a nivel nacional con la finalidad de tramitar un subsidio por emergencia, con la intención de que estos trabajadores puedan recuperar parte de su capital perdido. Desde la Dirección de Promoción Económica del municipio se ha asistido a los puesteros con forraje y además se les ha entregado mercadería. Personal de Defensa Civil se encuentra trabajando en la zona afectada y han llevado agua potable, ya que los pozos de agua que utilizaban estos pobladores terminaron contaminados con guano de los corrales y barro, producto del arrastre de la tormenta.