Malakeh, la mujer que pasó de refugiada siria a chef de moda y favorita de Angela Merkel

Tiene 30 años y encarna el "sueño del refugiado". Pasó de perderlo todo a tener uno de los mejores trabajos del mundo en Berlín.

Malakeh, la mujer que pasó de refugiada siria a chef de moda y favorita de Angela Merkel

En Siria, a Malakeh Jazmati la apodaban "Miss Espagueti" porque los fogones no eran su punto fuerte, pero esta refugiada se ha convertido en una cocinera talentosa y sus shawarmas se sirven en la mesa de la canciller de Alemania, donde vive en el exilio.

A sus 30 años, esta damascena llegada en octubre de 2015 a Berlín encarna uno de los éxitos más fulgurantes de los refugiados en un país agitado por la llegada de más de un millón de solicitantes de asilo.

De hecho el partido de la derecha nacionalista AfD, conocido por sus invectivas antiinmigrantes, parte con buen pie para entrar en el parlamento en las elecciones alemanas del domingo.

En tan sólo dos años, la joven, tocada con velo, ha montado una empresa de comida preparada y ha publicado un libro de recetas apreciado por los alemanes.

Una buena vida

"En Alemania llevo una buena vida", afirma con una sonrisa Malakeh Jazmati, que huyó de Damasco en enero de 2012.

Mientras echa abundante aceite en una sartén para freír unos raviolis, Jazmati cuenta lo aliviada que se siente de no tener que vivir de los subsidios estatales concedidos a los refugiados.

La sociedad fundada con su marido, Levante Gourmet, prepara banquetes y recepciones de cocina siria reputada hasta los confines de Europa.
"íEmpecé con comidas para cumpleaños, fiestas navideñas y ahora podemos cocinar para 800 personas!", explica.

Unos 600.000 sirios han llegado a Alemania desde el estallido de la guerra en 2011. Muchos siguen estudiando la lengua y están desempleados.
Alrededor del 40% de los refugiados están registrados en las oficinas de empleo. Según el instituto DIW, los efectos positivos para la economía de la afluencia de inmigrantes tardarán años en notarse.

Las caminos a veces sinuosos de la integración han llevado a Malakeh Jazmati hasta los fogones de la cancillería.

En primavera fue invitada a cocinar sus especialidades para Angela Merkel quien, según la cocinera, se deleitó con sus shawarmas de canela y cardamomo.

Las shawarmas son un plato de carne picada envuelta en pan de pita con verduras y condimentos.

La cocina la salvó

Detrás de los famosos kibe o Kibeh (una especie de croquetas), hay siempre una madre siria que transmite sus secretos y Malakeh Jazmati no escapa a la regla.

Sus primeros pasos los dio en Jordania, donde vivió tres años como refugiada. Participaba en un programa culinario en una cadena de televisión hostil al régimen sirio.

Luego su marido zarpó en una de las embarcaciones en las que cientos de miles de sirios arriesgaron sus vidas para llegar a Europa. En Alemania recibió el estatus de refugiado y se le permitió traer a su mujer.

Más tarde Angela Merkel endureció las condiciones. En 2015 más del 98% de los sirios conseguía el estatus de refugiados pero ahora no superan el 30%. La mayoría tiene que conformarse con un derecho de estancia de un año sin reagrupación familiar.

La joven tuvo dificultades de adaptación. "Es un país muy técnico", exclama. Pero considera sus cucharones de ful mudamas (plato de habas) como un instrumento de promoción cultural. "Me gustaría que la cocina siria se conociera a nivel internacional, como la francesa o la italiana".

Ella intenta olvidar que su país es un montón de ruinas. "Un buen día la noche se acabará y el alba aparecerá" en Siria, espera. "Pero ¿cuándo? A lo mejor ni siquiera mi hijo verá el alba".

Algunos sirios exiliados degustan sus platos porque las berenjenas, el sésamo y los garbanzos los hacen viajar "a la cocina de su madre".

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