El reconocido director, ahijado cinematográfico de Steven Spielberg Robert Zemeckis ("Volver al futuro", "Forrest Gump", "Contacto"), estrena un largometraje basado en un caso de la vida real: la delirante travesía, ilícita, por supuesto, del equilibrista Philippe Petit que en 1974 se colgó de un alambre para cruzarse de las terrazas de los edificios gemelos del World Trade Center.
Tomando los mejores párrafos del libro del mismo Petit "To Reach the Clouds", Zemeckis utiliza las herramientas tecnológicas más avanzadas del 3D para capturar tomas espectaculares recargadas de vértigo que mantiene al espectador en un hábitat de suspenso permanente.
La minuciosa reconstrucción digital de las Torres Gemelas, las ráfagas de viento, las caídas, las panorámicas, entre otras escenas ubicadas a 415 metros de altura, recrean un realismo técnico de una verosimilitud asombrosa a partir de la cuidada perspectiva de este diseñador de la imagen que siempre ha sido Zemeckis.
Se suma la correcta actuación de Joseph Gordon-Levitt en el rol del mismo Petit.
El regalo
Thriller psicológico que sigue la mudanza a Los Ángeles de una joven pareja formada por Simon Calem (Jason Bateman) y su esposa Robyn (Rebecca Hall). Su feliz adaptación a un nuevo hogar se ve interrumpido por un encuentro casual con Gordo (Joel Edgerton), un compañero del instituto de Simon quien comienza a dar regalos al matrimonio cuando ellos están ausentes mientras notan un cambio de comportamiento que les resulta acosador. ¿Gordon es sólo un solitario en búsqueda de compañía o tiene planes más siniestros?
El mismo Gordon es interpretado por el emergente actor australiano Joel Edgerton, también guionista y debutante como director de esta cinta pequeña pero muy bien hecha.
"El regalo" trasciende con giros atractivos el típico subgénero "psicópata que amenaza a una familia" y consigue atrapar al espectador incluso con el aficionado a la tradición de estas tramas de suspenso.
Sicario
Un idealista agente del FBI (una brillante actuación de Emily Blunt), se infiltra como espía en una operación secreta comandada por su nuevo jefe de la agencia Matt Graver (Josh Brolin) para atrapar a un capo de las drogas en la frontera entre México y Estados Unidos llamado Manuel Díaz (Benicio del Toro).
Al contrario del film de Sobergerg "Tráfico", que esparcía el tema del contrabando como un tsunami global, el realizador canadiense Denis Villeneuve ("El hombre duplicado", "La sospecha") se focaliza en Juárez y su extrema violencia dentro de un mercado clandestino condenado a la perpetuación.
"Sicario" es de lo mejor del año en términos de thriller de acción.
Sin escape
Un empresario estadounidense (Owen Wilson) y su familia formada por su esposa (Lake Bell) y sus dos hijas pequeñas, se mudan por cuestiones de empleo a un nuevo hogar en el sudeste asiático. Pero en el trascurrir de las horas explota un golpe de Estado y la familia, con la ayuda de un conocido de su vuelo (Pierce Brosnan), debe encontrar frenéticamente una salida de un país que ha condenado a muerte a los extranjeros.
En la cinta, que nos remite a "Hotel Rwanda", con turbas, machetes y muchas escenas de niños llorando, se parece mucho a los xenofóbicos dramas del siglo pasado. La supervivencia de una pequeña familia estadounidense es más importante que un gran genocidio de ciudadanos asiáticos sólo por el hecho de ser "Americans".
El largometraje no supera el molde de drama de acción esperable, aunque todo el tiempo está perjudicado por su identidad políticamente incorrecta y anacrónica. La dirige John Erick Dowdle ("La reunión del Diablo", "Cuarentena").
Baires
En el estreno argentino, Mateo (Benjamín Vicuña) y Trini (Sabrina Garciarena) son secuestrados por una banda de narcotraficantes cuando ellos, residentes en Barcelona, regresan a Buenos Aires para realizar unos trámites.
El precio de sus libertades es que Mateo se convierta en mula de un cargamento de cocaína en dirección a Madrid, mientras Trini permanece como rehén de los secuestradores liderados por Eric (Carlos Belloso).
No obstante, Mateo decide no subirse al avión para salir a rescatar a su pareja durante las doce horas que dura el viaje e intentará salvarla con la ayuda de un policía (Germán Palacios).
"Baires", segundo largometraje del mendocino radicado en Buenos Aires, Marcelo Páez Cubells, utiliza el molde de "película de compañeros" (buddy movies), dentro del clasicismo de la comedia de acción sobre todo estadounidense y francesa, para adaptarlo al localismo argentino. La cinta tiene como principal objetivo ser, sobre todo, un entretenimiento de género.