Maipú y Gutiérrez era una verdadera fiesta

Más Deportes acompañó la caravana hasta el estadio y no hubo incidentes.

Maipú y Gutiérrez era una verdadera fiesta
Maipú y Gutiérrez era una verdadera fiesta

El reloj marcaba las 14.55 y los 10 micros  destinados al traslado de los hinchas de Gutiérrez lucían repletos. Se sumaban varios minibuses y autos particulares. Los vecinos del estadio en calle Boedo salían a la puerta de su casa y con camisetas y banderas despedían a esos fieles simpatizantes que tenían como destino el Malvinas Argentinas. La caravana salió hasta calle Maza y de ahí derecho al carril Rodríguez Peña. La Policía de Mendoza los había encapsulado y marchaban sin problemas. No existió en ningún momento un cruce con algún “primo” de Maipú. Sólo un hincha iba trepado en uno de los colectivos con una camiseta del Cruzado y la mostraba como trofeo. La fiesta Celeste lucía a pleno.

En calle Vergara y a la misma hora arrancaba la caravana del Botellero: 10 micros y casi 100 autos particulares dieron un color magistral a las inmediaciones del estadio ‘Omar Higinio Sperdutti’. La hoja de ruta del Cruzado indicaba que tenían que trasladarse por calle Paso. Y así fue nomás. Cuando los primeros micros llegaban al puente del acceso Sur, habían autos que iban casi a paso de hombre por el parque Metropolitano. Solamente se vivió un momento de tensión y fue cuando en el Corredor del Oeste antes de llegar al cruce con Pellegrini, aparecieron varios hinchas de Independiente Rivadavia e insultaron a los autos de la caravana. Varios hinchas descendieron de sus vehículos pero fueron más los hinchas que calmaron las aguas y el asunto no pasó a mayores. Además, el estricto control policial intimidó a los más revoltosos.

Ingreso al estadio Malvinas

Existió malestar por el lado de Gutiérrez, ya que para ellos no hubo venta anticipada, y cuando llegaron al estadio el precio de la popular era de 100 pesos, cuando estaba estipulada en 80. Más allá de las discusiones típicas, el hincha Celeste pagó su entrada. Por el lado de la popular Sur, ubicación del Botellero, hubo un intento de varios hinchas de pasar sin pagar su entrada (típica avalancha), pero la Policía controló muy bien la situación y no se produjeron desmanes. 
El antes y el durante del clásico departamental, fue una verdadera fiesta de pasión.

¿Protección o patoterismo?

Uno de los autos de Diario Los Andes seguía la caravana de Gutiérrez por calle Maza. Sin embargo, un oficial de UMAR (Unidad Motorizada de  Acción Rápida), arrinconó nuestro móvil antes de llegar a Sarmiento al grito de: "No te metas chupa p.., esto es para los hinchas. Me la rasca que sean periodistas. Se meten y cobran". Absurdo. Lamentable.

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