El triunfo de Juventud Unida de San Luis ante los “vecinos” de Gutiérrez había sepultado las ilusiones de clasificación a la zona campeonato. La eliminación del Botellero era cosa juzgada.
No alcanzó la eficacia de la propia campaña y, tal como indicaba la lógica, los “primos” no le dieron la mano que necesitaba. Entonces, el Súper Dépor debía pensar en ganar para sumar puntos muy necesarios para desandar la zona reválida en 2018 y, por qué no, soñar con el ascenso por el camino más largo y dificultoso.
Sin embargo, los que pensaban que Maipú se iba a arrastrar por el campo de juego, se equivocaron. El 3-4-3 del Cruzado presagiaba un inicio voraz. Y fue tal el hambre del equipo de Carlos Sperdutti que a los 8 minutos Maipú ya ganaba 2-0. Dos centros, dos apariciones del Polaco Rodríguez y dos por cero.
El Pizarrón del “Maestro” Carlos, a full. Bajo la batuta de Amaya, el buen acompañamiento de Parra y la potencia del tándem Persia-Parisi, el Cruzado siguió siendo más equipo que el “mix” del Víbora ya clasificado.
Maipú manejó la pelota con criterio y si no amplió la diferencia fue porque falló en los metros finales.
El Puyutano, lentamente, fue creciendo y empezó a jugar cerca de Pelayes, quien respondió seguro cada vez que lo llamaron, como esa media vuelta y zurdazo violento de Domenez que el “1” manoteó al córner.
El complemento fue un aburrimiento total, a excepción de los tres minutos, tras el gol del descuento de Ochoa. El Cruzado sumó tres puntos importantes para lo que viene.
Apuren que se nos va el bondi
De manera insólita el entretiempo del partido entre Maipú y Desamparados duró 12', es decir tres minutos menos de los 15' reglamentarios.
¿La razón? La terna arbitral cordobesa compuesta por Correa, Arreglos y González tenía el pasaje en colectivo de vuelta para su provincia a las 22.15. Y como el encuentro comenzó diez minutos más tarde de lo previsto (20 horas) parece que hubo acuerdo entre los capitanes y delegados.
En consecuencia, apenas terminó el encuentro, sin bañarse ni cambiarse, la terna arbitral se subió a un remise que los esperaba para llevarlos a la Terminal de Ómnibus de Mendoza. Sucede que en el colectivo de las 23 no había más lugar. Insólito.