Deportivo Maipú cerró su participación en el certamen y el encuentro fue una clara muestra de cómo transitó el torneo el conjunto del Gringo Sperdutti. La irregularidad fue el aspecto más destacado de este equipo, que no tuvo recambio para resaltar algunos de los aspectos positivos que encontró durante la temporada. Las apariciones de los buenos valores juveniles no alcanzaron para dar vuelo futbolístico a un equipo que apenas ganó dos de los últimos diez compromisos, con siete empates y una derrota.
El 2-2, frente a un Unión Aconquija que también se despidió de la categoría con toda la dignidad que aportaron los pibes. Cuando la crisis abordó el barco estanciero, los más experimentados se fueron y los juveniles tuvieron que poner la cara. Si bien no pudieron evitar el descenso, se retiraron bajo una lluvia de aplausos en cada cancha donde jugaron y mostraron que al fútbol también se juega con el corazón.
Arrancó ganando el local con ese tanto en contra de Walter García. Emir Izaguirre remató y el balón se desvió en el defensor quien, de tiro libre, se encargó de igualar las acciones. El primer tiempo finalizó con el 1-1 inalterable y con la sensación de que quedaba algo más para el complemento. Matías Persia fue el encargado de hacer saber que se estaba en lo correcto cuando anotó a los 12’ e l desequilibrio en favor del conjunto botellero.
Sin embargo, antes de la media hora, Reyes puso el empate definitivo y despidió a dos equipos que tienen distintos futuros de ahora en más. El Cruzado sabe que el desafío será reinventarse, armar un plantel de jerarquía y con el claro objetivo del ascenso. Del otro lado habrá que esperar para tener revancha. Llegará cuando se empiece a disputar el Torneo Regional Amateur, recién en 2019.
Punto final para el Deportivo Maipú, que arrancó ilusionado con el ascenso y se fue desdibujando hasta no tener chances de alcanzarlo.
