Una abrupta caída en el precio pagado al productor por la miel a granel, la magra cosecha de la última temporada y el incremento incesante de costos, junto con la escasez de recursos para financiar las labores del próximo ciclo, amenazan con profundizar el proceso de expulsión de apicultores mendocinos del sistema productivo.
Así, mientras se preparan los apiarios para ingresar en la primavera, y a pesar de una invernada que, en general, parece haber dejado colmenas en buenas condiciones para afrontar la campaña 2015-2016, hay un generalizado estado de incertidumbre en el sector. Para algunos, la única certeza es que no hay demasiado margen para que los rendimientos y los precios puedan recuperarse significativamente.
Según datos del INTA, en Mendoza, el sector apícola tiene una producción promedio de 1.500 toneladas de miel por año, 770 apicultores y unas 95 mil colmenas. Mientras que el destino general de esta producción es el mercado externo.
Buena invernada
Luis Gómez, criador de abejas reina con base de operaciones en el Gran Mendoza, señaló que, “aunque no hemos llegado todavía a revisar muy a fondo los apiarios, lo que hemos visto está bastante bien, con muy pocas bajas con respecto al año pasado, con colmenas fuertes, bien pobladas”.
Aclaró que “este año no hemos hecho polinización de frutales y hemos dejado las colmenas donde estaban porque, por lo que están pagando, la polinización no resultaba rentable si se considera el trabajo de mover las colmenas y el riesgo que implica, de manera que seguiremos estimulándolas con alimentación artificial, mientras avanza la temporada”.
Desde Tunuyán, Mario Vicente, quien cría reinas y produce material vivo para apicultura, reveló que “hace unos días que estamos revisando los apiarios y vemos que la invernada ha sido bastante buena, a pesar de que este invierno ha sido un poco más frío”. Pero el productor sostiene que con las reservas de miel y suplementando con jarabe de azúcar, la población se ha mantenido.
Vicente precisó que en la mayor parte del territorio apícola del Valle de Uco la mortandad -muy baja- ha fluctuado “entre el 4% y 6%”- Admitió, no obstante, que el índice ha sido mayor en algunas zonas productoras de orégano, como Chilecito, Pareditas y Tres Esquinas, en el departamento San Carlos, donde los apicultores dejan sus colmenas muy cerca unas de otras. Allí, hay una sobrepoblación y no todos hacen tratamientos antiparasitarios contra varroa al mismo tiempo y, de este modo, se recontaminan los apiarios”.
Según el apicultor, esta es la razón por la que se recomienda migrar esas colmenas en el mes de febrero, cuando termina la temporada del orégano y la zona queda con muy poca floración. “Al haber tantas colmenas, eso genera un desequilibrio que, sumado a la falta de sincronización de tratamientos sanitarios, provoca mayores pérdidas”, destaca.
El alvearense Alberto García Carbajo coincidió en que la invernada anduvo bastante bien, con poca incidencia de varroasis. Apuntó que “arrancó antes la colmena, porque hay polen de los yuyos de invierno pero vamos a ver cómo sigue, porque el año pasado también empezamos bien pero heló en noviembre y hubo muy poca humedad relativa en el ambiente, había mucha flor pero no había néctar”.
El precio, en picada
Luis Gómez, que tiene apiarios en Guaymallén, el sur de Lavalle y el Este mendocino aseguró que es “catastrófico” lo que ha pasado con el precio de la miel. Recordó que “el año pasado, cuando los acopiadores estaban pagando al productor 27 pesos el kilo de miel a granel, se hablaba de un posible techo de $ 30 pero nunca llegó a ese precio. Se estabilizó en 27 pesos, luego vino la nueva cosecha, nadie compraba y el productor apícola no tiene reservas como para aguantar sin vender”.
En este contexto, el productor cuenta que tuvo que “insistir en ofrecer la miel para poder subsistir y las transacciones que se han hecho rondaron los $ 18 o $ 19 hasta $ 20. En Mendoza, algún productor que fracciona el producto o que ha vendido de a un tambor a gente que fracciona, ha podido defender un poco más el precio, inclusive algún afortunado pudo vender a 22 pesos el kilo, que fue el precio más alto del que he tenido noticia”.
De manera que algunos apicultores más chicos, con una producción que promedia los 10 tambores por temporada, que son mayoría en Mendoza, han podido defenderse un poco mejor pero los que manejan volúmenes mayores están más complicados porque para ellos -según el relato de Gómez- la opción comercial es el circuito de exportación y han tenido que aceptar muy bajos precios.
Esos magros valores percibidos por la miel de esta última temporada han persistido durante los últimos 4 o 5 meses. “Cuando se inició el año comercial en abril, después de terminada la cosecha, los acopiadores ya se mostraron con poco interés y aseguraban no tener un precio para ofrecer”, cerró el productor.
En igual sentido se pronunciaron Mario Vicente y García Carbajo. El primero ratificó que la miel pasó de 30 pesos el kilo a granel la temporada pasada a 18 pesos este año. El apicultor sureño, en tanto, también confirmó ese valor para el kilo de miel a granel.
Según Vicente, el año pasado se pagó hasta 33 pesos el kilo. "Yo llegué a vender a $ 28,50; si hubiera esperado un poco, el valor estuvo en 30, 32, 33 pesos", agregó.
Es difícil competir
Datos del INTA estiman que el consumo interno en nuestro país es bajo con 200 gramos por persona al año, mientras que en países desarrollados esta cifra asciende a un kilo.
Gómez, de Guaymallén, atribuye la falta de interés inicial y los bajos precios ofrecidos por los acopiadores, a las complicaciones del escenario internacional y a los problemas de competitividad cambiaria de los exportadores argentinos.
"Está pasando lo mismo con todos los commodities, está muy difícil ubicarlos a nivel internacional", reflexionó el productor.
Mendoza exporta el 95 por ciento de su producción y los principales mercados son Japón, Alemania, los Estados Unidos y países árabes. En 2014 la provincia exportó miel por 2,5 millones de dólares FOB.
Desde la visión de Gómez, “la miel argentina se vende mucho en Europa, y eso que el viejo continente está en crisis, al igual que varios países que venían comprando nuestra miel. Nos perjudica mucho el tipo de cambio. El dólar barato que reciben los exportadores se traslada a nosotros como productores”.
En este contexto, en el sector se dice que los exportadores tienen los galpones llenos de miel y no han podido terminar de ubicar el producto del año pasado.
“A Chile le está pasando lo mismo -revelaron las fuentes-, y eso que ese país produce mucho menos y es muy agresivo a la hora de exportar”.
Por otra parte, en una coyuntura comercial como la actual, influye también “la mayor distancia a recorrer para llevar la miel de Mendoza a Buenos Aires”, lo que contribuyó a diluir el interés de los acopiadores.