Fue el escritor, dibujante y sibarita argentino Miguel Brascó quien sugirió el nombre de Quino a una agencia de publicidad que buscaba ilustrador para el lanzamiento de la marca de electrodomésticos Mansfield. Y aunque la campaña en la que nacía Mafalda nunca se realizó, los borradores de Joaquín Lavado fueron más tarde el principio del éxito.
El 29 de septiembre de 1964, la niña incisiva de pelo negro que detesta la sopa fue publicada por primera vez en el semanario argentino Primera Plana, y en marzo del ‘65 protagonizó las tiras cómicas del periódico El Mundo con seis apariciones semanales. Desde entonces la atracción por la pequeña que cuestiona el mundo de los adultos no paró de crecer, trascendió las fronteras de América del Sur y llegó con su desenfado a Europa.
El editor Jorge Alvarez se puso al hombro el primer libro de Mafalda con la reunión de las primeras tiras en orden de publicación y lanzó el título para una Navidad en la que se agotaron en sólo dos días los 5.000 ejemplares de la primera tirada. En Italia, el título “Mafalda la Contestataria” se editó en 1969 y contó con la presentación del director de la colección, el escrito y filósofo Umberto Eco.
A pesar del éxito y la fama internacional de la pequeña y su círculo íntimo, el 25 de junio de 1973 el creador mendocino suspendió el dibujo de tiras en secuencia y sólo publicó sus páginas de humor semanales. Para entonces Mafalda ya era la niña adorada en el imaginario colectivo y sus libros continuaron reimprimiéndose y acompañando campañas sociales, productos, afiches, bolsos y hasta útiles escolares que replican su imagen.
En el Festival de Cine Latinoamericano de La Habana de 1984, donde fue invitado a participar, Quino conoció al director de cine de animación Juan Padrón, con quien firmó un contrato para realizar cortometrajes con sus páginas de humor. Así surgió “Quinoscopios”, que nueve años más tarde fue producido por una empresa española que realizó 104 episodios.
Mafalda, la mítica criatura de Joaquín Lavado celebra mañana medio siglo desde su primera aparición. Venerada por varias generaciones de argentinos, es uno de los personajes de ficción que forman parte de la Galería de Ídolos Populares de la Casa Rosada, sus libros han sido traducidos a 26 idiomas y sólo en nuestro país se han vendido más de 20 millones de ejemplares.
"Nunca pensé que Mafalda estaría vigente después de 50 años, me conmueve mucho este homenaje", declaró Quino en la presentación de la colección de 10 millones de juegos destinados a escuelas públicas ‘Mafalda para armar’ el mes pasado en el Ministerio de Educación de la Nación. El artista de 82 años, ganador del Premio Príncipe de Asturias 2014, ha sido distinguido este año en Francia, España y Argentina, donde fue declarado hace poco Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires.
“Paren el mundo que me quiero bajar” es una de las frases célebres de la niña preocupada por la paz mundial y la realidad política y su mentor, que ilustró una publicación para las escuelas sobre los Derechos del Niño, de la que se editaron 2.350.000 ejemplares en castellano y en siete lenguas de pueblos originarios.
Homenajes a la inconformista
Una escultura de Mafalda sentada en un banco a metros de la casa donde vivía Quino en el barrio de San Telmo de Buenos Aires, una plaza en el barrio Unimev de Guaymallén lleva su nombre, una obra de Norberto Filippo en el Parque San Martín y un mural en la escuela número 1-385 Guillermo Cano son apenas algunas de las formas con las que los argentinos han celebrado y rendido homenaje a la pequeña heroína y sus amigos: Susanita, que sueña con casarse y tener hijos; Libertad, la revolucionaria; Felipe, el soñador; Manolito, el comerciante y Guille, el hermanito.
En Buenos Aires se realizan por estos días tres muestras en su honor: "El mundo según Mafalda" en la Usina del Arte, ubicado en el barrio de La Boca; "Quino por Mafalda", en el Museo del Humor en la Costanera Sur de Buenos Aires y "Mafalda en su sopa", en una sala de la Biblioteca Nacional en el barrio de Palermo.
En el departamento mendocino de Godoy Cruz se presentó hace pocos días una muestra interactiva itinerante dedicada a la chica irreverente, observadora y ácida en la Biblioteca Municipal Manuel Belgrano. También hubo espectáculos de teatro y títeres que recordaron a Mafalda, la curiosa universal que tantas veces se rebeló contra el mundo.