Maduro, Venezuela y el referéndum

A pesar de los pedidos de su pueblo y de los reclamos internacionales, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pareciera haber logrado su objetivo de no convocar a referéndum revocatorio para acortar o no su mandato.

Maduro, Venezuela y el referéndum

Los problemas internos en Venezuela son gravísimos. Inflación incontrolable, devaluación permanente, desabastecimiento de artículos de primera necesidad, de medicamentos, etc, generan un creciente malestar en la población, mientras la presión internacional, tanto del Mercosur como del resto del mundo es permanente en la búsqueda de una salida democrática. Sin embargo, Nicolás Maduro insiste con su discurso centrado en desviar culpabilidades respecto de la crisis y en demorar el diálogo político. En los hechos, el mandatario está logrando su objetivo de demorar la convocatoria a un plebiscito previsto por la constitución y que podría hacerlo dejar su mandato antes de que cumpla el período de seis años.

La economía venezolana estuvo siempre atada al precio del petróleo. Con un crudo con altos valores, Hugo Chávez fortaleció su liderazgo, distribuyendo los recursos de manera casi discrecional, esencialmente con las fuerzas armadas. Sin embargo, en lugar de ampliar las posibilidades económicas de Venezuela con nuevas industrias, priorizó la “exportación” de la revolución bolivariana hacia otros países de la región, incluyendo en ello ayuda económica. Para mal de Venezuela, se produjo también un cóctel explosivo: el líder de la revolución sufrió una enfermedad terminal en simultáneo con caída en el precio del petróleo.

A Maduro, el hombre designado por Chávez para sucederlo, los hechos lo superaron. La situación política y social interna desmejoró superlativamente y el pueblo comenzó a reclamar la convocatoria a un referéndum revocatorio que permite el acortamiento del mandato presidencial siempre y cuando no haya superado la mitad del mismo. El chavismo, en minoría en las cámaras legislativas como resultado de las últimas elecciones, decidió presionar sobre la oposición, desconociendo al Congreso y procediendo inclusive a detener a algunos líderes opositores. Paralelamente, utilizó todo tipo de subterfugios, legales o no, para evitar la convocatoria al referéndum en el corriente año, en razón de que en enero del año próximo se cumple el tercer aniversario de su mandato.

Los últimos días han sido muy duros para el presidente venezolano. El Mercosur decidió que la Argentina asuma la presidencia pro tempore del organismo que le correspondía a Venezuela, sancionada por no cumplir con lo establecido por el bloque. La suspensión se basó en el incumplimiento de compromisos asumidos por el gobierno de Maduro en su condición de miembro pleno y al haberse vencido el plazo complementario de seis meses que oportunamente se le otorgó para el cumplimiento de esas exigencias.

Paralelamente, el presidente Nicolás Maduro dispuso el cierre de las fronteras con Colombia y con Brasil para combatir el supuesto contrabando de moneda nacional, alimentos y otros productos, y contrarrestar así los “criminales ataques contra la moneda venezolana” luego de los recientes cambios monetarios. Según él, en Colombia “grupos criminales” acaparaban los billetes de cien bolívares con el objetivo de desestabilizar al gobierno.

Maduro no se ha hecho eco de los pedidos de su propio pueblo ni de los reclamos internacionales. Ha mantenido su posición y está logrando sus objetivos de no convocar a referéndum, por lo que surge la necesidad de que la presión política se mantenga, como está sucediendo con el Mercosur, a los efectos de que se recupere definitivamente la democracia en ese país.

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