Maduro, vapuleado por toda América

Los países de la región, reunidos en la Cumbre de las Américas, fueron muy duros con el régimen del venezolano de quien exigen democracia.

Maduro, vapuleado por toda América
Maduro, vapuleado por toda América

En su afán de permanecer en el poder a toda costa, Nicolás Maduro no entiende razones tanto en el orden interno como en el internacional, mientras sigue sumiendo a Venezuela en la crisis más dura que le ha tocado vivir.

Maduro sabe, al igual que el séquito que lo rodea, que no podrá imponerse en elecciones libres y que su futuro -en caso de concretarse el comicio en libertad- dependerá exclusivamente de lo que determine la Corte Suprema de Justicia, la que difícilmente le resulte favorable.

Pero los caminos se les van cerrando a quien se considera líder de la "revolución bolivariana" y el mejor ejemplo se dio días pasados, cuando en la Cumbre de las Américas los países del continente aseguraron que desconocerán los resultados de las elecciones venezolanas; y acusaron a Maduro de violar los derechos humanos, mientras otros lo calificaron de "un régimen opresor".

Fueron 16 los países que coincidieron en los planteos, siendo excepciones Bolivia, Nicaragua y Cuba, que deciden más por los intereses políticos que rodean a sus funcionarios, concentrados casi con exclusividad en el rechazo a lo que ellos consideran los "opositores" de regímenes imperialistas.

Cuando Perú decidió ser sede de la Cumbre, resolvió paralelamente no invitar a Venezuela, en una decisión avalada por los 14 países integrantes del Grupo de Lima y frente a ello Maduro anunció que asistiría "llueva, truene o relampaguee".

De acuerdo con los observadores, el venezolano quería aprovechar la ocasión para organizar un gran show político para defender "sus" elecciones, mientras paralelamente, saliendo en la foto junto a los presidentes democráticos de la región, desvirtuaba la noción de que era una persona non grata.

Una segunda intención consistía en intentar liderar una "cumbre de los pueblos" en las calles a fin de capitalizar el sentimiento anti-Trump y para lo cual ya había enviado un avión con 250 defensores de la revolución bolivariana para organizar los actos.

La respuesta peruana no se hizo esperar y respondió que la Cumbre de las Américas establece que los participantes deben tomar medidas contra los países cuando existe un "deterioro" de la democracia.

Al finalizar, las opiniones que se vertieron fueron durísimas. Mauricio Macri dijo que "no podemos mirar hacia otro lado y (refiriéndose a las elecciones) vamos a desconocer cualquier elección que surja de un proceso de este tipo, porque no es una elección democrática", mientras su par chileno, Sebastián Piñera, acusó a Caracas de estar "condenando al hambre y la muerte a muchos de sus ciudadanos" y llamó a desconocer los resultados que surjan de las votaciones.

El primer ministro de Canadá aseguró que "la violación de los derechos humanos y la falta de respeto del Estado de derecho por parte del Gobierno de Venezuela es inaceptable", mientras el presidente de Brasil, Michel Temer planteó la necesidad de alcanzar una "salida democrática".

El presidente de México consideró que los propios venezolanos debían resolver "de manera pacífica" una salida, mientras el colombiano Juan Manuel Santos aseguró que su gobierno "será implacable" con el "régimen opresor de Nicolás Maduro", fundamentando su decisión en el hecho de que Colombia es el país que más sufre "la desesperada situación por la que atraviesan los venezolanos".

Al finalizar la reunión, 16 países suscribieron la "Declaración de Venezuela", haciendo un llamado urgente a Nicolás Maduro para que las elecciones se realicen mediante un proceso libre, justo y transparente. Exhortan además a la OEA a implementar de manera inmediata un programa de asistencia humanitaria para aliviar la situación por la que atraviesan millones de venezolanos.

No obstante Nicolás Maduro consideró un "fracaso total" a la Cumbre y llegó a calificar a algunos presidentes de "sicarios" de Estados Unidos.

Ratificando que "llueva, truene o relampaguee, habrá elecciones el 20 de mayo”.

Resultará difícil que Maduro cambie de posición, porque en definitiva está defendiendo su propio futuro personal. Pero es de esperar que una presión internacional profunda y permanente, más temprano que tarde y por el bien de los venezolanos, alcance los resultados esperados.

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