Unidades policiales multiplicaron ayer allanamientos y lograron detener a seis “bandidos”, anunció el presidente Nicolás Maduro, quien pocas horas antes había prometido “medidas drásticas” contra las protestas iniciadas en Venezuela hace un mes y que han dejado 28 muertos y casi 400 heridos.
“Hemos procedido a allanar los lugares donde estaban escondidos estos bandidos y tenemos seis presos. Hemos incautado armas, C4 (explosivo plástico), bombas y continuamos los allanamientos”, dijo en un acto Maduro, sin dar detalles de la identidad de los detenidos.
“En la madrugada la Guardia Nacional Bolivariana tomó todo El Trigal en (la ciudad de) Valencia” a 150 km de Caracas y donde el miércoles hubo tres muertos (dos civiles y un miembro de la Guardia Nacional) en tres incidentes separados, refirió el mandatario.
Desde hace más de un mes Venezuela es escenario de manifestaciones estudiantiles, a las que se sumaron dirigentes opositores radicales que propugnan la renuncia del presidente, que ha calificado las protestas como un “golpe de Estado en desarrollo”.
“Voy a tomar medidas drásticas con todos estos sectores que están atacando y matando al pueblo de Venezuela”, había anunciado el miércoles el mandatario, un ex sindicalista que desde que asumió el poder en abril tras la muerte de Chávez ha visto cómo se deterioraba la situación social y económica del país petrolero.
Desde Ginebra la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, hizo un nuevo balance de las protestas: 28 muertos, 365 heridos, 106 detenidos y 41 investigaciones por violación de derechos humanos por parte de los cuerpos policiales.
Más de un mes
Las manifestaciones estallaron el 4 de febrero en el estado Táchira tras el intento de violación de una estudiante en una universidad, y desde entonces se extendieron a varias ciudades, entre ellas Caracas donde el 12 febrero dejaron los primeros tres fallecidos.
En este tiempo, cada día se registran movilizaciones, que no suelen pasar de miles de personas de todas las edades y condiciones, con una serie de reclamos: la salida de Maduro del poder, la inseguridad, la inflación de 56% anual, la escasez de productos básicos, la represión de los cuerpos policiales o la detención de dirigentes políticos y activistas.
También piden desarmar a los llamados “colectivos”, grupos de motorizados -algunos de ellos armados e identificados con el chavismo-, a los que la oposición responsabiliza de varios de los fallecidos y acusa de amedrentar a los manifestantes. La gran mayoría de marchas son pacíficas.
Sin embargo, casi cada día ocurren actos de violencia protagonizados por algunos cientos de manifestantes radicales encapuchados, que lanzan piedras y cócteles molotov contra la policía, que responde con gas lacrimógeno y perdigones en una batalla extenuante que puede prolongarse varias horas.
Ceder o no ceder
Aunque las protestas reúnen cada vez menos gente, el gobierno no termina de controlar el caos de disturbios y barricadas que se viven cada cada noche en algunos puntos del país, como en el opositor distrito caraqueño de Chacao, con la emblemática plaza Altamira como epicentro.
El mandatario reitera sus llamados al diálogo a la oposición, que hasta ahora no ha acudido a las distintas conferencias sectoriales de paz organizadas por el gobierno, a las que sí ha asistido sin embargo el empresariado.
“Nadie acepta un monólogo ni imposiciones de un gobierno que ha querido resolver la crisis con muertos, heridos, torturados, detenciones, presos”, escribió en Twitter el líder antichavista Henrique Capriles.
Opositores y estudiantes, que aseguran que seguirán en la calle, se quejan de que Maduro no atiende sus reclamos, entre ellos liberar a detenidos como el dirigente opositor Leopoldo López, preso desde hace casi un mes en una cárcel militar, acusado de incitación la violencia.
López es uno de los tres dirigentes políticos que impulsan una táctica que bautizaron “La Salida” y que propugna ocupar las calles para forzar la renuncia del presidente, electo en abril de 2013.
“Si el gobierno no le quiere prestar atención al pueblo, lo que queda es trancar la calle”, aseguró uno de los líderes estudiantiles, Juan Requesens, que dijo no haber recibido una convocatoria formal de Maduro para dialogar.