El presidente venezolano Nicolás Maduro alimentó el humor de los venezolanos con su promesa de cortar su distintivo bigote si al cierre del 2015 no logra la meta que se fijó de alcanzar la cifra de un millón de viviendas entregadas por el sector público a los más necesitados.
“Ojalá cumpla porque cada día es más difícil tener una vivienda propia, aunque sería divertido ver a Maduro sin bigote, me lo imagino como un mango chupao, feísimo'', dijo el jueves Cecilia Rondón, una ama de casa que hacía una larga fila frente a una tienda minorista para comprar aceite comestible, uno de los productos más escasos en el país.
El gobernante, que suele hacer bromas sobre su grande y espeso bigote, le recordó el jueves al ministro de Hábitat y Vivienda, general Manuel Quevedo, que en sus manos está que en su próximo saludo de Año Nuevo se presente con o sin mostacho.
“No hay excusa, debemos llegar la meta de un millón de viviendas este año, más de 400.000 viviendas vamos a entregar este año y yo le dije al ministro (Quevedo), si el 31 de diciembre, yo no he entregado la vivienda un millón, yo me corto el bigote en autocastigo para que todo el mundo sepa que no cumplí'', dijo el mandatario en un acto televisado de entrega de 2.520 apartamentos en la Ciudadela Hugo Chávez, en el estado central de Yaracuy.
“Yo lo voy hacer, mi bigote depende de usted ministro y más que mi bigote, la vivienda de ustedes depende de nosotros. No podemos fallar'', agregó.
"Mi bigote depende de usted, ministro"
Millones de venezolanos viven en precarias viviendas apiñadas en las laderas de las montañas, construidas con delgadas láminas de zinc e incluso materiales de desecho, en las que muchos viven hacinados debido al déficit endémico de viviendas del país que se estima en más de dos millones de unidades.
El fallecido presidente Hugo Chávez creó en 2011 el programa de construcción masiva de viviendas "Gran Misión Vivienda Venezuela''. De acuerdo a cifras oficiales, desde entonces, se han edificado más de 740.000 nuevas viviendas públicas en todo el país. La oposición afirma que esas cifras son exageradas, pero la ilusión de recibir una vivienda subsidiada puede ser un poderoso incentivo para algunos votantes.
Maduro ha colocado al tema de la vivienda, entre otras políticas para complacer a los venezolanos, incluyendo el obligar a los minoristas a reducir los precios, como prioridad de cara a las elecciones legislativas del 6 de diciembre.
Por primera vez en 16 años, las principales encuestas muestran a la oposición como favorita para ganar las elecciones a la Asamblea Nacional, ahora controlada por el oficialismo. Un escenario de inflación de tres dígitos, auge delictivo, merma de los ingresos del gobierno por la caída de los precios del petróleo y escasez generalizada de alimentos y otros bienes básicos podría minar el apoyo a los candidatos oficialistas.
Algunos sectores opositores han anunciado que de ganar el control de la Asamblea unicameral podrían promover una referendo revocatorio contra Maduro antes de que el presidente complete su mandato de seis años, que termina en el 2019.