El 23 de marzo se cumplieron dos meses de que Juan Guaidó asumió como “Presidente Delegado” en Venezuela, para poner un marcha un movimiento que desplace al régimen chavista.
En la primera fase, la oposición salió a la calle y el reconocimiento de Estados Unidos, los principales países de Europa y América Latina fue inmediato. Pero no produjo el efecto esperado y la oposición no logró el apoyo de ninguna unidad militar.
En la segunda, Estados Unidos dejó de comprar petróleo venezolano e incautó los bienes de la petrolera estatal (PDVSA). El gobierno venezolano pudo resistir.
En la tercera, el 23 de febrero al cumplirse un mes del inicio del movimiento liderado por Guaidó, se intentó introducir en el país ayuda humanitaria desde Colombia, Brasil y Curazao, mientras la población vestida de blanco iba a las unidades militares a pedir que permitieran la entrada. La ayuda no logró entrar y los militares se mantuvieron leales al régimen.
La cuarta fase fue el “apagón” que dejó al país sin luz ni agua durante una semana. Puede no haber sido producido por la oposición, pero es claro que ésta trató de utilizarlo para desestabilizar al gobierno, sin tener éxito. Tuvieron lugar cientos de saqueos, pero no acciones de resistencia al gobierno.
La quinta fase se puso en marcha una semana antes de cumplirse los dos meses del movimiento, el 23 marzo. Guaidó inició la “Operación Libertad” que es una movilización nacional que salió de distintos puntos del país, para converger frente al Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo para provocar su destitución, la fecha mencionada. Se organizaron los “Comandos de la Libertad” en todo el territorio para llevarla adelante. El régimen chavista respondió en forma concreta y contundente: dos días antes, detuvo a la mano derecha de Guaidó, aún a riesgo de mayores represalias por parte de EEUU.
Al mismo tiempo, Maduro, ordenaba ejercicios cívico-militares para asegurar los servicios de electricidad y agua. El gobierno chavista, adjudica el apagón a un ataque cibernético de EEUU. Los “Ejercicios de Acción Integral Ana Karina Rote”, se desplegaron en 114 estaciones de servicio eléctrico de todo el país. El canal de televisión estatal (VTV) difundió imágenes de militares en subestaciones eléctricas del estado de Barinas, mientras que la Vicepresidenta Delcy Rodríguez, informaba sobre los ejercicios en el estado de Bolívar, frente al estado brasileño de Roraima, uno de los tres puntos en los cuales se sigue acumulando ayuda humanitaria y donde se encuentra la represa hidroeléctrica de Guri.
Estos ejercicios, de los cuales formaron parte las Fuerzas Armadas Bolivarianas, así como las milicias, confirmaron una vez más que el chavismo mantiene el control del sector militar, habiendo mermado las deserciones que se dieron en el primer mes del movimiento que lidera Guaidó.
De esta forma se respondió al medio centenar de concentraciones que se realizaron en 23 estados venezolanos para dar inicio a la “Operación Libertad”.
La oposición venezolana como la Administración Trump, siguen sin descartar “ninguna opción”, lo que incluye la militar.
Al lanzar la “Operación Libertad”, Guaidó volvió a decir “Todas las opciones están en la mesa, con responsabilidad, con fuerza, pero depende de nosotros cualquier opción, nos debe encontrar movilizados, organizados”.
Pero también ha mencionado el articulo 187.11 de la Constitución,- sancionada por el chavismo,- que autoriza una intervención en territorio venezolano.
Ha dicho que lo plantearía cuando llegue el momento. Ha dicho públicamente “¿Cómo se defiende un venezolano de un colectivo armado (los grupos para-militares del chavismo)?”
Respondiendo a su propio pregunta: “para nosotros es una responsabilidad hablar de todas las opciones”.
Ante la posibilidad de una intervención militar extranjera, la considera “una opción polémica”, argumentando “nosotros lo que queremos hacer responsablemente es cubrir todas las etapas para salir de una dictadura y lograr todos los apoyos necesarios para proteger a nuestra ciudadanía”. Respecto a la lealtad militar a Maduro,- el supuesto en base al cual se puso en marcha el movimiento para desplazar al régimen chavista era que sectores militares se iban a sublevar,- argumenta que se mantiene “porque hay mucho miedo en las Fuerzas Armadas, mucha persecución”.
Paradójicamente la oposición no está teniendo mucha atención a este decisivo sector. Los desertores que están en territorio colombiano, han reclamado por la falta de asistencia y porque han sido intimados por la UN a abandonar los refugios donde se alojan.
Pero cualquier opción militar para resolver esta crisis, partirá o no de una decisión de la Administración Trump, quien ha nombrado a Elliot Abrams como delegado para Venezuela, quien en la administración Reagan, organizó la “contra-nicaragüense”. Bush padre lo indultó por su participación en el caso Iráncontras. En el gobierno de Bush hijo, estuvo en el Consejo de Seguridad nacional y junto con el actual titular (Bolton) desarrollaron los argumentos para justificar la invasión a Irak. Ha hecho público que realizó gestiones ante el gobierno español, para que fueran recibidos jerarcas del chavismo,-ha dicho entre 10 y 20- que decidan abandonar el régimen. Ha sido ambiguo sobre si esta opción alcanza también a Maduro. Sostiene que España es un buen destino, por el idioma y porque es más “agradable” vivir en este país que en Rusia o Cuba. Cita como antecedente el caso del dictador venezolano Marcos Pérez Giménez.
Guaidó asumió como “Presidente Delegado” el 23 de enero porque era el 61 aniversario de su caída,- quien se asiló en España, donde murió en 1964.
Abrams ha dicho,- como el Presidente, el Vicepresidente, el Secretario de Estado, el Consejero de Seguridad Nacional, etc.,- que “todas las opciones están abiertas”, lo que incluye la militar.
Defiende la estrategia que se ha desarrollado, aunque Maduro ha permanecido en el poder más de lo esperado y es incierto si finalmente se logrará desplazarlo.
Entre sus argumentos, está que el Presidente venezolano ha tomado como modelo la resistencia exitosa de Assad en Siria, pero su suerte finalmente será la de Mubarak en Egipto o la de Khadafy en Libia.
Pero Abrams se reunió en Roma con el vicecanciller ruso (Ryabcov) para tratar el desarrollo de la crisis venezolana. Ello implica asumir el rol de la potencia euro-asiática en una región de hegemonía estadounidense, como es América Latina.
En conclusión: Maduro no sólo muestra que puede mantenerse en el poder, sino que da señales de endurecimiento y una ruptura en el régimen, puede llevar más a una guerra civil de baja intensidad que a un derrumbe del Chavismo.