Se casaron, convivieron o simplemente se atrajeron mutuamente y de ese vínculo tuvieron hijos. La relación no prosperó y cada quien siguió con su camino y su vida, unidos por el milagro de “ser padres de” a la hora de la crianza (salvo aquellos hombres que desaparecen de la vida de sus hijos). Ella entonces se quedó con los chicos en la casa y un nuevo estado amoroso bajo la piel: “sola”.
Son muchas las mujeres y madres que en la actualidad pasan por este cuadro de situación siguiendo adelante en el plano del amor de manera diferente. Mientras algunas casi se persignan ante la sola idea de “sucumbir” a la flecha de Cupido nuevamente, otras se lanzan a conocer gente nueva.
Están también las que prefieren que todo fluya y se dé lo que tenga que darse... Todo es respetable y responde al derecho de cada quien. Sin embargo, y con hijos de por medio, las prioridades deben ser claras.
La psicóloga vincular, Paula Corso, explica: “En el caso de que la relación con el ex marido termine y se lleve en buenos términos por el bien de los chicos (con hombres que no dejan de cumplir su rol de padres), el desafío de conocer a una nueva pareja implica para la mujer varias aristas.
Si bien cada caso es único, es normal que la madre tenga miedos a la hora de dejar entrar a un nuevo hombre en su vida, y la posibilidad (o no) de construir una convivencia con él, en la que el bien de los hijos como prioridad, se preserve siempre”.
- ¿Cómo debería encarar y ensamblar esa nueva figura?
- Es algo que no resulta sencillo. Muchas mujeres que están muy solas con la crianza de sus hijos rápidamente encaran la vinculación de una nueva pareja, pero quizá corren el riesgo de que dure poco, con el consiguiente impacto en los chicos. Entonces a los hijos termina poniéndoselos en una situación de vinculación-desvinculación con alguien nuevo que luego desaparece... Eso no es bueno para ellos.
Al hablar de prioridades, y en concordancia con Corso, la médica psiquiatra, y docente universitaria, Gabriela Prats, argumenta: “Al principio de la relación la mamá tiene que priorizar la situación de sus hijos. Luego si con ese hombre y en el tiempo puede desarrollar un vínculo o compromiso sólido con él, recién en esa instancia sería conveniente dar cabida gradual a la relación con esa nueva pareja”.
Cabe preguntarse entonces si existe un tiempo aproximado para plantear una convivencia con ese nuevo hombre bajo el mismo techo que los hijos.
“No hay parámetros matemáticos pero mi consejo es que siempre se dé espacio a los tiempos prudenciales que cada situación requiere, sin apuros innecesarios ni consiguientes problemas que esto pueda generar internamente en los hijos. A veces la soledad es mala consejera y puede terminar haciendo que la mujer se apure a incluir en la vida diaria familiar a una pareja reciente, como un modo de compatibilizar su mundo sentimental, con el familiar. También influye el hecho de no querer ocultar a los chicos que ella está relacionándose con alguien nuevo”, opina la psicóloga.
- ¿Es conveniente o no blanquear que se está conociendo a alguien?
- En realidad siempre es bueno que los hijos estén al tanto de la realidad, pero acá entran en conflicto dos aspectos: por un lado lo positivo de una comunicación honesta con ellos; pero, por el otro, el hecho de lo bueno y necesario que es protegerlos respecto de las expectativas del futuro con la nueva pareja.
Ante esto hay que tener en claro que si bien es muy valioso que los chicos sepan que la madre puede salir con hombres y desarrollar una vida adulta, no por eso creer y generar que los hijos deban estar al tanto de cada paso que la madre da a nivel sentimental y su potencial pareja.
Tiene que ser la propia mujer, y con un tiempo prudencial de conocimiento y relación, la que ponga en conocimiento de sus hijos sobre el hecho de estar conociendo a una nueva persona. Claro está, luego de haber establecido y experimentado que ese hombre se encuentra realmente comprometido en el vínculo.
- ¿Cómo se ayuda a internalizar a los chicos que la madre es una mujer y que tiene el derecho a rearmar su vida?
- Eso los chicos lo saben. No es algo que no manejen. Ellos son hijos de mamá soltera, o sin pareja, a diferencia de otros chicos que conviven con su papá. Se trata de poder hablarlo con ellos. Es decir de la posibilidad de que esa mamá, que también es mujer, puede llegar en algún momento a armar una nueva pareja. Es una cuestión de diálogo ya que los chicos saben.
- ¿Se puede generar confusión en los chicos cuando tienen por un lado la figura del padre, fuera de la casa y separado, con la aparición de un nuevo hombre en la vida familiar y amorosa de su madre?
- La confusión aparece si la separación o corte no está bien delimitado, tramitado o claro. Entonces, si esto ocurre, sí puede ser una fuente de sufrimiento para los chicos. Si la pareja no hizo bien el corte es muy probable que al padre le moleste que la madre tenga una nueva relación y viceversa. Esto genera una serie de situaciones nocivas para el niño. Si los padres sí tienen un corte adulto y claro, lo más probable es que los chicos entiendan todo y no sean perjudicados.
- En general ¿considerás que las mujeres se apuran a conocer a una nueva pareja?
- Cada caso es único, pero muchas mujeres se apuran por la tensión que les genera salir con una persona nueva, mientras se lo ocultan a los hijos... Eso a veces las lleva a blanquear situaciones afectivas que no se sostienen en el tiempo.
Por su lado, y a la hora de pensar qué es lo más complejo para esa madre que también es mujer, Prats sostiene: “Lo que se ve como dificultad más grande en algunas mujeres es cómo hacer que la mamá priorice la relación con su hijos, para que sean lo primordial antes de llevar a alguien nuevo a casa, y como una relación de pareja estable. Ser mamá es primero.
Tiene que darse el tiempo adecuado para conocer primero ella sola a ese posible candidato, para blanquear la situación cuando lo haya conocido bien, y exista un compromiso real en esa relación. Una relación profundamente consolidada necesita tiempo y trabajo”.
- Si se llegara a la instancia de convivencia ¿cómo deberían plantearse los límites y derechos de cada integrante en esa nueva estructura familiar?
- La nueva persona no es papá a la hora de la convivencia, pero sí debe funcionar como una figura de adulto que debe ser respetada, quien además deberá tener actitudes para que eso suceda.
No hay que subestimar a los chicos sino hablar con ellos y plantearles las cosas que van pasando en relación a la vida familiar. Hay mamás que se desentienden del rol de autoridad, al traer una figura masculina a la casa, y eso no debe ser así.
Ella tiene que escuchar a sus hijos, hablar con ellos, creerles, y poder establecer conversaciones entre todos (hijos y nueva pareja) en las que se contemple el respeto recíproco hacia el otro como ser humano.
Eso implica poder hablar, negociar y escucharse; que no aparezcan figuras de parejas con más atribuciones hacia los hijos de la mujer, de las que tiene la propia madre o padre biológico. Tampoco que estos últimos se crean con más atribuciones de las que se les da, al estar frente a un hombre que no es el padre.
La comunicación permanente y clara resulta vital, dejando muy en claro el rol que cada uno tiene.