Una insurgente suicida se inmoló poco después de ser arrestada en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, y causó la muerte de sus tres hijos y un agente de la inteligencia afgana que la custodiaba, informaron ayer fuentes oficiales.
El hecho se produjo antenoche cuando la atacante, una mujer extranjera, detonó los explosivos que portaba consigo después de ser detenida en la capital provincial, Jalalabad, informó Attaullah Khogyanai, portavoz del gobernador provincial. El vocero indicó que la mujer había sido arrestada en un puesto de control de la principal agencia de inteligencia afgana, el Directorio Nacional de Seguridad (DNS), junto a sus tres hijos y dos hombres, que posteriormente fueron separados del grupo.
“Cuando la mujer y sus niños estaban siendo trasladados del coche a la oficina (de la DNS), hizo detonar sus explosivos”, detalló Khogyanai, quien agregó que ella también falleció a consecuencia de la explosión. Tanto la mujer como sus tres hijos hablaban ruso, aunque la policía aún no confirmó su procedencia, e investigan a los hombres que los acompañaban.