sta es una historia de esas que inspiran y contribuyen a romper prejuicios sociales, a abrir caminos de cara a los nuevos tiempos. Las protagonistas son Danisa Lucero (38) y Micaela Pagliafora (18), dos mujeres que son madre e hija y se animaron a vivir este año la experiencia de ser candidatas a reina en el departamento de Godoy Cruz.
La comuna decidió adherir a los nuevos conceptos que propuso la ley provincial Nº 8.740, buscando que la elección de la Reina Nacional de la Vendimia se vuelva más inclusiva, y que quedaron plasmados en el nuevo reglamento provincial, publicado en el Boletín Oficial el día 19 de junio de 2015.
Entre otros puntos, los cambios más rotundos fueron la eliminación de altura mínima, se dejó sin efecto el límite máximo de edad y se estipuló que cualquier persona con DNI femenino pueda ser candidata.
Con esa normativa vigente, Danisa acompañó a su hija a inscribirse para participar en las elecciones distritales a partir de la convocatoria abierta que hiciera el municipio. “Cuando me fui a anotar, una de las chicas nos dijo que ya no había límite de edad y le propuso a mi mamá que se inscribiera”, recuerda Micaela.
Por supuesto, la propuesta sorprendió a ambas mujeres, ya que no esperaban encontrarse con esa posibilidad. No obstante, Danisa sintió que la vida le estaba dando una revancha y decidió tomarla.
Es que, desde que se mudó con su familia a la 5º Sección, cuando tenía 9 años, los vecinos le decían que querían que se presentara cuando tuviera la edad. Sin embargo, a los 18 años comenzó una relación con quien hoy es su marido, Federico Pagliafora, quien no estaba de acuerdo con idea de que fuese reina. Además, al poco tiempo se quedó embarazada. Así, su sueño quedó trunco. Hasta ahora.
Animarse a romper barreras
Lejos de la reacción que uno puede esperar de una hija adolescente, Micaela alentó a su mamá para que se anotara. Y en esta ocasión, la joven de 18 años asegura entre risas que su papá “no dijo ni mu” al enterarse de la novedad.
No obstante, cuando se acercaba el día de la elección de Sarmiento (el distrito en que iba a participar), Danisa se comunicó con la comuna para retractarse. “Pero cuando llamé, Carolina (Meli, coordinadora de la reina de Godoy Cruz), me dio ánimo para que me presentara y decidí seguir adelante con la decisión”, recuerda la mujer con un tono de voz sereno.
Así, llegó el 6 de noviembre, día de la elección. Con esa fiesta comenzaba el calendario vendimial godoicruceño y Danisa estaba entre las mujeres que aspiraban a la corona distrital. “Me sentí muy bien porque las chicas me aceptaron”, detalla contenta. Es más, el entonces intendente departamental y actual gobernador, Alfredo Cornejo, se acercó a ella para felicitarla.
Por su parte, Luciana Ruggeri, reina de la Vendimia de Godoy Cruz 2015, también se mostró solidaria y asegura que su participación “fue algo novedoso y muy lindo”.
“Hay que tener coraje para estar sobre el escenario”, reconoce y cree que, de haber salido ganadora, “le hubiese brindado a la gente algo distinto, debido a las experiencias” que ha vivido. Aunque no salió, se sintió tratada con el mismo respeto que las otras cuatro candidatas.
Si para cualquier persona puede resultar difícil subirse a un escenario y ser parte de una competencia, para Danisa la situación tenía un plus que no necesariamente estaba relacionado con la edad. Hace tres años sufrió un “colapso debido a una saturación frente al maltrato y al hostigamiento laboral”, que se tradujo en “pánico a la gente”.
Como consecuencia, no salía de su casa y, de hacerlo, siempre debía estar acompañada. Aunque en dosis menores, aún toma medicación específica. Sin embargo, el día de la fiesta todo quedó atrás: “No tomé nada y no sentí miedo; fue hermoso”, recuerda. Por su parte, Micaela asegura que se sintió “re orgullosa” de su mamá y que la misma “hizo un avance frente a su timidez”.
El turno de la hija
Nueve días después, el 15 de noviembre, fue el momento de Micaela para participar como candidata distrital por Trapiche. En esa ocasión, el sorteo entre los padres de las cuatro aspirantes favoreció a Danisa, quien integró la mesa escrutadora como fiscal.
Si bien su hija quedó segunda, la mujer asegura que fue “testigo de que no había nada raro” en la elección. Aunque el resultado no fue el esperado, salieron en caravana hacia su casa con los amigos y familiares que la habían ido a acompañar, para festejar la experiencia.
A pesar de que ninguna pudo consagrarse como reina de distrito, nadie les quita la ilusión que vivieron y la sensación de haber sido las primeras mujeres que, siendo madre e hija, se presentaron un mismo año para ser reinas.
“Nos hacíamos la idea de cómo sería si salíamos las dos”, recuerda entre risas Mica. Una de las cosas que más las ilusionaba era conocer el Teatro Griego Frank Romero Day, ya que nunca han tenido la posibilidad de visitarlo.
Aprendizaje
Un desprevenido podría pensar que el hecho de no haber ganado hizo que la experiencia no sirviera de nada, pero no es así. Madre e hija le sacaron un provecho distinto a la oportunidad. En el caso de Danisa, cree que no se presentaría de nuevo.
“Tengo la edad que tengo y entiendo que se le da prioridad a las chicas más jóvenes”, acepta. No obstante, invita a otras mujeres que estén en una situación similar a la de ella a vivir el desafío “para tomarlo como una experiencia” ya que “alimenta la autoestima”.
Por su parte, Micaela ve con buenos ojos la posibilidad de volver a presentarse en un futuro, cuando se sienta más preparada o que ha llegado el momento oportuno para hacerlo. “Creo que se trata de no hacer ni decir más de lo mismo; uno tiene que marcar una diferencia”, señala.
La joven, que estudia licenciatura en Piano en la Universidad Nacional de Cuyo y da clases particulares, reconoce no ser fanática de Vendimia, aunque rememora a algunas soberanas con particular cariño. “Recuerdo mucho a Cecilia Paris (soberana de Godoy Cruz 2014); muchos me decían que nos parecíamos”, concluye.