El presidente de Francia, Emmanuel Macron, conmemoró ayer el centenario del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial con un discurso en defensa del multilateralismo, un llamado a los líderes mundiales a resistir al "nacionalismo" y una advertencia contra la vuelta de "viejos demonios".
La conmemoración del centenario del armisticio convocó a unos 70 jefes de Estado y Gobierno, entre ellos el estadounidense, Donald Trump; la canciller alemana, Angela Merkel; los mandatarios ruso y turco, Vladimir Putin, y Recep Tayyip Erdogan; el primer ministro canadiense, Justin Trudeaux; los máximos líderes de España, el rey Felipe VI y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Una de las grandes ausencias de la jornada fue la primera ministra británica, Theresa May.
El papa Francisco tampoco viajó a Francia para la conmemoración, pero sí utilizó el rezo del Angelus en el Vaticano para recordar los estragos de la guerra y pidió que estas historias inspiren a todos a "rechazar la cultura de muerte y buscar todos los medios legítimos" para poner fin a los conflictos actuales.
Silencio por las víctimas
En la capital francesa, Macron y todos los dignatarios caminaron juntos hasta la Tumba del Soldado Desconocido, un memorial construido al pie del Arco del Triunfo, en los Campos del Elíseo.
Bajo la lluvia, mantuvieron un minuto de silencio mientras las campanas de las iglesias sonaban en toda la ciudad.
Después de este homenaje, el anfitrión francés dio un encendido discurso en los Campos del Elíseo que terminó con una llamada militar de trompeta.
“Los viejos demonios resurgen, dispuestos a llevar a cabo su obra de caos y muerte”, advirtió Macron en su discurso y, por eso, llamó a los dirigentes mundiales reunidos en la capital francesa a luchar por la paz y por un mundo mejor.
"El nacionalismo es una traición al patriotismo. Al decir 'Nuestros intereses primero. ¿A quién le importan los demás?' borramos lo que más atesora una nación, lo que le da vida, lo que la hace grande y lo que es esencial para ella: sus valores morales", aseguró Macron.
La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 y terminó cuatro años después, con un armisticio firmado en Compiégne, al norte de París, con un triste saldo de entre 17 y 20 millones de militares y civiles muertos.
Fue uno de los conflictos más sangrientos de la historia moderna, y dejó secuelas que fueron la base de la Segunda Guerra Mundial, 21 años después.
Tras las conmemoraciones en el Arco del Triunfo, Macron invitó a todos los dignatarios a almorzar en el Palacio presidencial del Elíseo y, luego, la mayoría se trasladó al norte de la ciudad, al Parque de la Vilette para inaugurar el Foro por la Paz, un evento de tres días en el que se discutirá cómo mejorar los esfuerzos multilaterales por la paz en todos los continentes.
Errores del pasado
En la apertura del foro, Merkel lanzó una advertencia en la misma línea del discurso de Macron unas horas antes: "El proyecto de paz europeo está siendo cuestionado de nuevo".
"A 100 años del fin de la Primera Guerra Mundial vuelve a haber una proliferación del nacionalismo", señaló .
"La Primera Guerra Mundial nos mostró lo destructivo que puede ser el aislacionismo", destacó en el foro. "Si esto estuvo mal 100 años atrás, ¿cómo sería ahora?".
Merkel dijo que actualmente se vuelve a actuar por intereses propios, lo que en el peor de los casos puede llevar a situaciones de violencia y a graves problemas sociales y económicos.
La canciller recordó que el año pasado hubo más de 220 conflictos violentos en el mundo que forzaron la huida de 70 millones de personas de sus respectivos países.
Con su llamado a reforzar la integración europea, la canciller alemana no sólo reaccionó ante el nacionalismo y unilateralismo mostrado por Trump en Washington, sino también por algunos socios del continente como Hungría, que se han negado sistemáticamente a sumarse a una política migratoria regional.
Trump, foco de críticas
Mientras en el Parque de la Vilette se hablaba de paz y trabajo multilateral, en Suresnes, un suburbio en el oeste de París, Trump realizaba una visita en solitario a un cementerio donde están enterrados 1.541 soldados estadounidenses muertos en la Primera Guerra Mundial y 24 norteamericanos no identificados de la Segunda Guerra Mundial.
Ayer Trump había cancelado una visita similar a Belleau, un cementerio a unos 88 kilómetros al noreste de París donde están enterrados 1.800 soldados estadounidenses, por la lluvia y "problemas logísticos". El cambio de planes y, sobre todo, las causas, desataron un repudio masivo en su país.
Ademas unas mil personas se manifestaron ayer contra el presidente de los Estados Unidos en París.
Los manifestantes lanzaron al aire un globo enorme que representaba a Trump como un bebé gigante en pañales y gritando.
Una activista de Femen en contra de Trump
Una activista del movimiento feminista Femen se lanzó ayer, sin éxito, con el torso desnudo y dos leyendas escrita en su piel: "Falso" y "Paz", sobre la caravana de autos que llevaba al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
La policía la detuvo antes de que llegara al vehículo. Femen informó en su cuenta de Twitter que la activista quiso evidenciar la "hipocresía" de los actos conmemorativos del fin de la Primera Guerra Mundial.