Hoy falta exactamente un año para que, en octubre de 2015, se lleven adelante las elecciones en nuestro país. Entre los cargos que se renuevan está, ya se sabe, el de presidente.
Ayer, una de las principales figuras políticas que aspira a suceder a Cristina Fernández estuvo una vez más en Mendoza. Mauricio Macri, jefe de gobierno porteño y candidato al sillón de Rivadavia por el Pro, visitó primero San Rafael y luego, ya en la Ciudad, se hizo un tiempo para dialogar con los medios; contó lo entusiasmados que están en su campaña hacia 2015.
Entonces, dijo que en San Rafael repitió una actividad ya clásica en su campaña: visitó a un vecino en su casa, en este caso Lili, una docente recién jubilada.
"Había hecho un budín impresionante con durazno y nueces", relató e inmediatamente dijo que la mujer había viajado a Buenos Aires "y estaba fascinada con el Metrobus, los parques, el teatro Colón, el microcentro todo peatonal, con Palermo. Me felicitó por cómo estaba la ciudad".
Más allá de lo que dicen las encuestas sobre qué candidatos están "en el podio" y de cómo puede ir variando eso durante este año que hoy comienza, siempre es interesante saber cómo lo perciben ellos mismos.
En el caso del dirigente del Pro, sus palabras reflejan muchísima confianza respecto a que serán "ellos" quienes propicien el cambio que "necesita" el país.
Consultado sobre cómo va su campaña y si considera que tiene posibilidades de llegar a una eventual segunda vuelta, contestó: "La verdad es que cada vez estamos más entusiastas. Si comparás con hace un año, yo me encontraba con gente que simpatizaba con nuestras ideas y con lo que habíamos hecho pero decía 'lástima que la propuesta de cambio no llega'.
Y hoy en Mendoza hay una revolución alrededor de la propuesta de cambio, que es alrededor de eso y no de mi candidatura. Es mucho más fuerte esta idea de que juntos podemos construir la Argentina que queremos y eso es lo que crece con tanta fuerza”.
-¿Y con quién cree que iría a ese balotaje, llegado el caso?
- Yo creo que con el oficialismo, en cualquiera de sus variantes. El Partido Justicialista siempre nos tiene acostumbrados a reciclarse; ellos son el cambio de ellos mismos. De golpe dicen que los que estuvieron no eran realmente el PJ y el PJ son ellos.
Siento que nos estamos dando cuenta de que si nos vuelven a gobernar los mismos que han gobernado en los últimos 20 años, nada muy bueno nos va a pasar.
-¿Cómo está hoy su relación con la Presidenta de la Nación?
-Ahí. Ella por suerte estableció un puente de diálogo, hay mesas donde se plantean temas. Lejos de la relación que yo voy a tener con los gobernadores de otros partidos, pero al menos hay un lugar donde algunas cosas se resuelven. Pero, insisto, en un nivel mínimo.
-¿Cómo va el armado de listas del Pro en Mendoza? ¿Posibilidades de alianzas con otros partidos?
- Estamos muy comprometidos en armar lo propio. Presenté a Pepe (Musale), el presidente de Huracán de San Rafael. Es un tipo muy metedor y hay un grupo de pibes muy lindo allá para plantear nuestra propuesta de cambio.
Gustavo Senetiner (concejal de Capital) y Omar De Marchi (pre candidato a la gobernación por PD-Pro) me comentaban la cantidad de gente que se va sumando.
Vamos a seguir tratando de construir lo propio más allá de que seguimos manteniendo un excelente diálogo con Cornejo, a quien respeto mucho porque he visto cómo ha trabajado en Godoy Cruz y cómo la gente le tiene estima y consideración.
Justamente con Cornejo se encontró en San Rafael y aunque desde el Pro hablaron en un comunicado de “reunión”, no fue más que un saludo durante el almuerzo de las fuerzas vivas en San Rafael.
Su paso por Mendoza fue breve. Además de pasar por el almuerzo del sur provincial, inauguró en Ciudad la Fundación Pensar. El objetivo es que ese espacio, que estará a cargo de Omar De Marchi, sirva para delinear “el plan de Gobierno para Mendoza y las propuestas que necesita en el plan nacional”.
Además de las labores de campaña, Macri desempeña su tarea como jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
-¿Cómo conjuga ambas tareas?
-Yo bien, mi físico mal (risas) porque trabajo en la Ciudad activamente pero viajo viernes y sábados y este país es muy grande. Maravillosamente lindo pero grande y hay que recorrerlo.
Pero la energía positiva de la gente, el entusiasmo y el cómo me increpan a favor del cambio es una inyección de vitalidad fenomenal. Hace un año yo predicaba el cambio adonde iba. Ahora la gente viene y me dice: ‘Hay que cambiar, no vas a aflojar, basta de estos tipos, de esta forma de hacer política’.
-¿Cuál es el cambio que más necesita la gente; el económico, el social...?
- No, no, en los valores. Necesitamos políticos que crean de verdad que el poder es para servir y no para servirse; que el poder es para hacer porque lo que le cambia la vida a la gente son las obras y las transformaciones, no los relatos. Mas allá de que uno tiene el poder, tiene la obligación de escuchar, de dialogar, de pedir ayuda. Eso es el cambio más importante.
