El jefe de Gobierno porteño y aspirante presidencial del Pro, Mauricio Macri, tendrá dos objetivos pilares para 2015: trasladar en votos y en acuerdos electorales que federalicen su estructura partidaria los números que arrojan las encuestas y, a su vez, resolver sin “efectos colaterales” un compañero de fórmula nacional y la interna en la ciudad de Buenos Aires.
Para el porteño es, quizá, el dilema prioritario porque requiere una respuesta urgente: a primeros días de marzo se deben entregar en la justicia electoral las alianzas que participarán de las PASO porteña, fecha tope para develar el futuro de Gabriela Michetti y delinear la campaña local.
En paralelo, y con el resultado de un conjunto de encuestas bajo el brazo que lo ubican en un eventual balotaje contra el candidato oficialista Daniel Scioli en 2015, el Pro buscará transformar los contactos que mantiene en al menos 10 provincias con dirigentes radicales en acuerdos electorales que impulsen la candidatura nacional de Macri.
Son estos números, estas encuestas, las que evalúan en el macrismo que inclinarían la balanza entre los dirigentes radicales a la hora de apoyar un candidato presidencial que garantice gobernaciones e intendencias en 2015 frente a otro de los rivales opositores que mejor rankea: el referente del Frente Renovador Sergio Massa.
Sin embargo, Macri antes deberá resolver quién será su compañero de fórmula; si será Michetti para conformar un tándem amarillo Pro como quiere el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, o si se inclinará por un dirigente extrapartidario (¿el senador radical Ernesto Sanz?), como impulsa la senadora nacional y el coordinador de campaña Emilio Monzó.
Este tipo de definiciones quedarían saldadas durante los primeros meses del año mientras, en paralelo, la UCR resolverá en la convención partidaria de marzo la estrategia electoral de cara a las elecciones presidenciales y evaluará la propuesta de Sanz de hacer alianzas electorales con el Pro.
Más allá de los nombres y las fórmulas, Macri necesita de la estructura nacional del radicalismo para hacer crecer a su partido y, en este sentido, Córdoba es el modelo a replicar: el acuerdo con el diputado nacional Oscar Aguad y con el Frente Cívico del senador Luis Juez ya alcanzó nivel institucional.
Para 2015, el equipo de campaña de Macri buscará cerrar similares acuerdos en otras provincias como Mendoza, con el intendente de Godoy Cruz y precandidato a gobernador, Alfredo Cornejo; en Entre Ríos, por otro lado, ya hubo encuentro entre el senador nacional Alfredo De Angeli y el dirigente radical Atilio Benedetti y habría conformidad para realizar un frente.
También en Neuquén, donde Macri recibió apoyo explícito del intendente radical de la ciudad capital y el candidato a gobernador, Horacio “Pechi” Quiroga.
En Misiones, el presidente del Pro, Humberto Schiavonni mantiene diálogo con el dirigente Gustavo González; en Santa Cruz, con el diputado nacional Eduardo Costa; en Catamarca, con el senador nacional Oscar Castillo y el candidato a la gobernación Eduardo Brizuela del Moral.
En Formosa, el vínculo es con el diputado radical Ricardo Buryaile, y en Chaco Macri intensificó en los últimos meses el diálogo con la intendenta de Resistencia, Aída Ayala; en La Rioja, con el diputado Julio Martínez, y en La Pampa, con el ex intendente de Santa Rosa y diputado nacional Francisco Torroba.
En muchas de estas provincias los comicios son adelantados, y un eventual triunfo local podría traccionar en favor de Macri.
Este es el caso de las elecciones en la ciudad de Buenos Aires que, además, tienen una doble importancia porque serán previas a las
Primarias nacionales, convocadas para el 11 de agosto, pero también porque pone en juego la base del poder macrista, el terreno propio.
Allí, Macri deberá tomar una decisión con la "menor cantidad de efectos colaterales": si se opone a que Michetti dispute la jefatura de gobierno, el Pro iría a las PASO con una lista de consenso con Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Cristian Ritondo.