Triunfador en la primaria del frente Cambiemos, Mauricio Macri celebró anoche la “consolidación de una alternativa para la Argentina” y aseguró tener las herramientas para devolver al país a la senda del crecimiento, terminar con la pobreza y brindar educación y salud pública de calidad.
El alcalde porteño venció sin inconvenientes a sus rivales y socios políticos, Ernesto Sanz (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica), ya que obtuvo más del 79% de los votos que fueron al frente opositor. Pero Macri no solo festejó su performance individual como segundo candidato más votado -detrás del oficialista Daniel Scioli- sino también la de Cambiemos, que al cierre de esta edición estaba a escasos cinco puntos del Frente para la Victoria.
Poco después de las 23.15, cuando sólo habían datos del 10% del padrón, el ahora candidato presidencial subió al escenario del búnker que su partido, el Pro, montó en el complejo Costa Salguero. Macri brindó anoche un discurso que tuvo como principal objetivo seguir sumando adhesiones de cara a las elecciones de octubre.
Por ello defendió el giro discursivo que ensayó hace tres semanas cuando finalizaron las elecciones porteñas. “Tengo muy claras cuáles son mis convicciones y valores”, lanzó. “Pero si les dijese que no cambié una sola idea desde que empecé a hacer política sería muy triste porque significaría que no crecí nada”.
El candidato opositor más votado criticó a Cristina Kirchner cuando dijo que él no cree en “liderazgos mesiánicos, en presidentes que lo saben todo” y prometió “convocar a los mejores” para gobernar si llega a la Casa Rosada.
Macri se mostró extremadamente aperturista y dejó tranquilos a sus socios de Cambiemos que ayer esperaban señales de flexibilidad política. El jefe del Pro elogió las defensas de la democracia y de las instituciones que ha hecho la UCR y de la transparencia y la honestidad que encaró la Coalición Cívica. Pero no se quedó ahí y también lanzó un guiño al peronismo.
“Reconozco los valores del justicialismo, sus luchas históricas por la justicia social y la movilidad social ascendente. Por eso sería grandioso que se sumen muchos de ellos a partir del 10 de diciembre”, manifestó. Además, Macri piropeó del socialismo “la lucha por la igualdad” y de los liberales destacó “la defensa de las libertades individuales que están en nuestra Constitución”.
Para finalizar, Macri aseguró saber cómo terminar con la pobreza, hacer crecer al país, desarrollar la Argentina equilibradamente, y dar educación y salud pública de calidad. “Sabemos que el Estado debe estar al servicio de la gente y no al servicio de los abusos de la política”, dijo en una crítica clara al kirchnerismo.
A pedido de radicales y cívicos, ayer el búnker que el Pro montó en Costa Salguero se desprendió del color amarillo y de los globos de colores. Ploteado íntegramente con el logotipo de Cambiemos, el festejo fue con una lluvia de globos y papelitos celestes y blancos.
Debajo de ella, Macri sonrió tomado de las manos de su candidata a vicepresidenta, Gabriela Michetti, y de su esposa, la empresaria textil Juliana Awada.
Denuncias por robo de boletas y guerra de nervios
Ni bien terminó el horario de votación, a las 18.15, el macrismo salió a definir la elección como “competitiva” y “reñida" y celebró que Cambiemos terminara su primer test electoral bien posicionado de cara a las generales del 25 de octubre.
Dos horas después, los festejos en el búnker del Frente para la Victoria, cuando todavía no había números oficiales, caldearon los ánimos en la cúpula del Pro y de sus socios políticos. Ni el jefe de gobierno porteño electo Horacio Rodríguez Larreta ni Jorge Macri, intendente de Vicente López, quisieron ponderar la diferencia que ayer obtuvo el oficialismo a su favor y cruzaron chicanas con los hombres de Daniel Scioli, que por entonces hablaban de una “victoria contundente”.
En cambio, el macrismo y sus socios (en mayor medida la Coalición Cívica y en menor el radicalismo) concentraron la atención en denunciar el robo “descarado” de boletas en el conurbano bonaerense y otros puntos del país desde primera hora de la mañana. A través del propio Mauricio Macri y los candidatos a diputados nacionales Patricia Bullrich y Fernando Niembro, el Pro instaló desde temprano el temor a que se produjese fraude.
Por la tarde, en el búnker de Costa Salguero, repartieron críticas al sistema de boleta papel que sostiene el Gobierno.