El presidente, Mauricio Macri, hizo una cerrada defensa de su primer año de gobierno que se cumplirá dentro de una semana; ratificó que no habrá cambios en su gabinete de ministros, descartó una ampliación de la coalición oficialista Cambiemos hacia el "peronismo racional" y pidió a los argentinos tiempo para ver concretadas las promesas de cambios con las que llegó al poder.
También se refirió ante una pregunta a la situación creada por los pedidos de liberación de la dirigente social Milagro Sala que hicieron los últimos días desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta la Organización de Estado Americanos (OEA).
“Me ocupa”, dijo, pero eludió una respuesta directa a esos reclamos.
"Pedí al gobernador (jujeño, el radical Gerardo Morales) que transmitan con claridad y sin segundas intenciones lo que pasó en Jujuy", agregó, y sostuvo que "a la mayoría nos pareció que había una cantidad de delitos importantes por parte de Sala y ameritaban las causas que tiene abiertas. Es importante que esta información sea compartida con el mundo".
Ninguno de los pedidos de los organismos internacionales es para que Sala sea exculpada de los presuntos delitos de los que se la acusa sino puesta en libertad mientras se sustancian las causas, aunque la Justicia jujeña volvió a ratificar la detención.
El jefe de Estado tuvo estas definiciones durante una conferencia de prensa de poco más de quince minutos, junto a su jefe de Gabinete, Marcos Peña, con la que al mediodía de ayer cerró el "retiro espiritual" que encabezó desde la noche del jueves con 34 altos funcionarios de su Gobierno, entre ministros y autoridades legislativas, en la residencia presidencial de verano de Chapadmalal.
Macri destacó como logros de su primer año de gobierno haber restablecido el relacionamiento y el diálogo entre los argentinos como también del país con el mundo, además de "tener el mayor presupuesto social de la historia". Y parafraseo a su antecesora Cristina Fernández de Kirchner cuando dijo que ello "no fue magia, fue sentido común".
Destacó también como una de las conquistas de este primer año el hecho de que “sinceramos las bombas que nos dejaron en la economía”, al cuestionar la herencia del gobierno de Cristina, antes de prometer que en 2017 habrá crecimiento económico después de cinco años de estancamiento.
Para Macri, “se generó una expectativa de cambio mágico y de eso hay que alejarnos. Hay que manejar la ansiedad porque cualquier atajo que queramos tomar nos vamos a volver a dar la piña. El camino del cambio requiere tiempo. Yo dije que no era mago, que para ver un mago vayan a ver a Copperfield”.
A punto de iniciarse un año que estará signado por elecciones legislativas clave para su gobierno, Macri volvió a descartar de plano la posibilidad de ampliar la coalición Cambiemos hacia dirigentes peronistas "racionales", como el ex ministro del Interior Florencio Randazzo, tal cual lo planteó la última semana el presidente de Diputados, Emilio Monzó.
Preguntado al respecto, Macri dijo: “Estuvo acá Monzó y lo hablé con él. No comparto su visión”. Y trascartón ratificó a su gabinete: “Estoy contento con el equipo, cómo está funcionando. La coordinación y el esfuerzo compartidos son los que dan resultados y no los esfuerzos individuales. Cualquier incorporación tiene que compartir nuestros valores. No se trata de amontonar”, concluyó, después de asegurar que Cambiemos es una fuerza en permanente apertura.
El retiro en Chapadmalal sirvió al interior del Gobierno para su relanzamiento que incluye 100 objetivos estratégicos para 2017, cuya matriz es el Plan Productivo Nacional (también conocido como “plan Australia”) que presentó hace varias semanas el coordinador del gabinete, Mario Quintana.
