Justo a la mitad del discurso con el que el presidente Mauricio Macri inauguró ayer un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso, se produjo un cisma entre el oficialismo y el kirchnerismo. “La inflación existe porque el gobierno anterior la promovió porque creía que era una herramienta válida de política económica”, leyó el Jefe de Estado y enardeció a los legisladores del Frente para la Victoria (FpV) que responden al liderazgo de la ex presidenta Cristina Fernández.
Tanto Macri como los cristinistas fueron preparados para la confrontación. Los diputados más ligados a la ex mandataria llenaron sus bancas y hasta las paredes de carteles con consignas anti-oficialistas. “Macri = buitres”, “No al tarifazo”, “libertad para Milagro Sala”, “Mega monopolios mediáticos”, “devolvé la plata de las provincias”, “sueldos y precios descuidados”, “75.000 despidos”, decían algunas de las cartulinas.
Desde el oficialismo, se dejó sobre cada una de las bancas un librito con un pendrive titulado “Memoria detallada del estado de la Nación 2015”. Discursivamente, el escenario estaba listo para la pelea.
Fueron muchos minutos de tensión política. Durante casi media hora los legisladores K debieron escuchar las palabras “incompetencia”, "negligencia”, “despilfarro”, “corrupción”, “clientelismo” e indicadores que siempre molestaron al anterior gobierno como los relativos a la pobreza, el déficit fiscal o la escalada de precios.
Pero fue este último tópico el que provocó la furia kirchnerista que se tradujo en abucheos y silbidos contra el Presidente. El líder de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, incluso se paró para acercar al titular de Diputados, Emilio Monzó, una foto de una mujer reprimida con balas de goma en La Plata.
La presidenta de la Asamblea Legislativa, la vicepresidenta Gabriela Michetti, debió llamar al orden para calmar las aguas. Recién ahí Macri continuó: “La inflación es alta producto de la inercia de muchos años”. Pero el bloque K estaba embroncado. La diputada camporista Mayra Mendoza se hizo escuchar por el Presidente cuando le gritó desaforada “¡que respete al pueblo!”.
El mandatario le replicó: “Hay que respetar el voto democrático”. Fue ahí que, en su defensa, los diputados y senadores de Cambiemos se levantaron y comenzaron a gritar “¡Sí se puede!”, el mantra de la campaña macrista.
Por instantes, el clima se recrudeció pero luego aflojó porque el Presidente apeló al humor. Se equivocó al leer una frase dos veces y los diputados K le marcaron el error. “Muy atentos al discurso. Me alegro que hayamos tenido una primera tarea juntos”, les deslizó sonriente.
En verdad, el malestar del kirchnerismo había ido siempre en aumento porque durante casi media hora el Presidente hizo un repaso de la herencia recibida y utilizó frases muy duras. Incluso se comprometió públicamente a publicar área por área el estado en el que encontró a la Nación.
Pero hubo una frase que fue especialmente festejada por macristas, radicales y la Coalición Cívica. “Será tarea de la Justicia investigar si esta situación es desidia, incompetencia o complicidad”, dijo el Presidente mirando seriamente al FpV. La advertencia sobre “la corrupción que no debe ni puede quedar impune” tomó así forma de amenaza.
Anunció un paquete de leyes sociales
El discurso del Presidente tuvo dos mitades. La primera fue el repaso de la herencia kirchnerista (demandó 24 minutos) y la segunda un llamado al Congreso a trabajar en una serie de leyes que anunció pero que no profundizó.
La primera de estas normas es la que permitirá el arreglo con los holdouts, que mañana mismo empezará a ser debatida en comisiones por Diputados debido al apuro que tiene el Gobierno por cerrar “un conflicto de 15 años”, como lo definió Macri, quien llamó a todas las fuerzas políticas a “actuar con responsabilidad atento a la delicada situación económica”.
Según el Presidente, la no solución con los llamados fondos buitre le costó al país 100 mil millones de dólares que, de haber llegado en forma de inversión, habrían generado 2 millones de puestos de trabajo.
Además, prometió el envío de un proyecto para eliminar el IVA de los productos de la canasta básica para los sectores de menores recursos, una ley de universalización de la educación desde los 3 años y otra para crear un Instituto de Evaluación de Equidad y Calidad Educativa. No se olvidó de mencionar que este año el Congreso deberá modificar integralmente el impuesto a las Ganancias, aunque dio a entender que el proyecto deberá salir de los propios legisladores.
También propuso Macri iniciativas para “derrotar el narcotráfico” que incluirán la reforma del Código Procesal Penal, el fortalecimiento de los Juzgados Federales, la ley del Arrepentido y el decomiso de bienes. Respecto a la transparencia, pidió la rápida sanción de una ley de Acceso a la Información y otra para impedir la corrupción en la compra de bienes y suministros por parte del Estado.
Por otro lado, anunció un paquete de normas para devolver a la Justicia “mayor independencia”, entre las que mencionó una nueva ley de Subrogancias, la reforma del Consejo de la Magistratura y cambios integrales de las leyes orgánicas del Ministerio Público Fiscal, del Ministerio Público de la Defensa y del Poder Judicial.
Por último, pidió apurar la reforma política “ya que hay acuerdo de todas las fuerzas en eliminar la boleta papel, crear un órgano electoral independiente y en la unificación del calendario electoral”.
Asumieron dos diputadas por Mendoza
Luego de la Asamblea Legislativa los diputados tuvieron una rápida sesión para aceptar las renuncias de 26 legisladores que asumieron cargos en el Ejecutivo Nacional o en las provincias y permitir el ingreso a la Cámara baja de sus remplazos. Ayer asumieron por Mendoza la demócrata Stella Huczak, quien remplaza al ministro Enrique Vaquié, y la dirigente de Libres del Sur, Graciela Cousinet, que terminará el mandato de Julio Cobos en Diputados. La socióloga juró por “los 30.000 compañeros y compañeras desaparecidos” y fue muy aplaudida.