Mauricio Macri atraviesa el momento más crítico de su campaña presidencial a poco más de un mes de las elecciones del 25 octubre: debió aceptar la renuncia de Fernando Niembro, su amigo y primer candidato a diputado nacional en provincia de Buenos Aires, y necesita retomar la iniciativa si quiere forzar un ballottage en los comicios.
Niembro renunció, pero la relación comercial que mantuvo durante varios años con el Gobierno porteño, y que ahora es investigada por la justicia, se transformó en una enorme bola de nieve que afectó el principal capital electoral que presentaba Macri para diferenciarse del kirchnerismo: la ética, la transparencia y la recurrente crítica a los “amigos del poder”.
En el Pro reconocen que la situación “afectó” tanto a Macri como a Vidal y “generó parálisis y estancamiento”, y preocupó también la falta de un plan B: no se previó que la denuncia por corrupción mantuviera su fuerza en el tiempo y la línea del propio Macri fue defender a Niembro y denunciar al oficialismo por campaña sucia.
“Nos está costando hacer campaña. En los medios es todo Niembro”, se sinceró a DyN un dirigente del Pro. Otro, uno de los principales colaboradores de Macri, reconoció que “no se aguantaba la situación e íbamos a estar bajo presión hasta el final de la campaña”.
En el macrismo, el análisis puertas adentro es que las esquirlas de la denuncia de los contratos irregulares del periodista con el Ejecutivo local impacta en el electorado independiente, ese grueso de votos que necesita recolectar Cambiemos para llegar a una segunda vuelta, y puede atentar contra los posibles acuerdos con otras fuerzas después del 25 de octubre.
Ahora, para forzar la segunda vuelta electoral en los comicios el referente del Pro necesita retomar la agenda, achicar la brecha que lo separa del candidato por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli, y profundizar el camino de las propuestas concretas, como realizó durante esta semana para correr el eje del caso Niembro.
La renuncia de Niembro, por otro lado, abrió el camino a Macri para una nueva estrategia, que tiene que ver con profundizar la diferenciación con el kirchnerismo, ir contra Aníbal Fernández por las causas por narcotráfico, pedir la renuncia de funcionarios procesados como Amado Boudou, recordar las situaciones de Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, entre otros.
Macri tuvo que amputar a Niembro de la estructura de Cambiemos a 40 días de la gran final del 25 de octubre. Ahí quedará demostrado si pudo detener la infección.
