Antes de las diez y media de la noche, el presidente Mauricio Macri finalmente apareció por el escenario del búnker de Juntos por el Cambio en la costanera norte porteña. A su lado se ubicó el candidato a vice, Miguel Angel Pichetto. Hubo gritos y aplausos de los militantes, aunque no euforia. A esa hora, el escrutinio oficial indicaba que el proyecto reeleccionista de Macri no había concluido con éxito, pero el recorte de la distancia respecto de las PASO, lo pone a tiro de liderar la oposición.
Tras cuatro años, Cambiemos, ahora Juntos por el Cambio, volvía al papel de opositor a nivel nacional. El candidato, no obstante, en los menos de diez minutos que le habló a sus seguidores, mostró una imagen muy diferente a la noche del 11 de agosto, al término de las PASO. Más reflexivo, con tono calmo, Macri anoche reconoció la derrota sin enojos ni echar culpas al electorado como ocurrió la otra vez. Otra imagen, otra postura para sostener una carrera en la política.
"Quiero felicitar a Alberto Fernández. Acabo de hablar con él lo invité mañana a desayunar en la Rosada porque tiene que empezar una transición ordenada que lleve tranquilidad a los argentinos", contó Macri, a poco de iniciar su breve discurso.
“Quiero agradecer de corazón a los argentinos que me acompañaron con su voto, a pesar de las dificultades. Y a los que no nos votaron les digo que van a encontrar en mí una persona de diálogo”, dijo.
Durante las marchas del "sí, se puede", acaso una de las explicaciones de por qué el oficialismo remontó casi diez puntos en esta elección respecto a las PASO, Macri machacó con la necesidad de fiscalizar y cuidar el voto: "También quiero felicitarlos y decirles que tienen que estar orgullosos cuidando el voto de Juntos por el Cambio", dijo anoche.
Macri también le dio su agradecimiento a Miguel Pichetto. "Vamos a seguir trabajando juntos por los argentinos", anunció.
Felicitó además a Horacio Rodríguez Larreta, quien consiguió la reelección en el distrito porteño, donde el macrismo iniciará su cuarto gobierno consecutivo.
"Transformar a nuestro querido país depende los argentinos. Gracias al trabajo realizado estamos parados sobre bases más sólidas. Hay que cuidar esas cosas, como infraestructura, como autopistas o aeropuertos, o la lucha contra el narcotráfico. Hablo también de algo más difícil de cuantificar. Hablo de otra forma de relacionarnos; es algo que hemos logrado y tenemos que cuidarlo entre todos. Con esta forma distinta hemos consolidado la libertad y la democracia", dijo Macri.
Con estas palabras, el Presidente buscó marcar diferencias de estilo con Cristina Fernández, ahora vicepresidenta electa del Frente de Todos.
"Quiero decirles que esto recién comienza, más juntos que nunca vamos a estar ahí para defender los valores en los que creemos. Estamos comprometidos en cuidar la democracia y la república. Tengo un sueño que proyectar, un sueño común para todos los argentinos. De este nuevo lugar vamos a seguir trabajando ejerciendo una oposición sana, constructiva y responsable que nos lleve al crecimiento que tanto anhelamos", sostuvo Macri.
"Lo que viene va a ser un aprendizaje. La Argentina que viene nos necesita a todos. Esto recién comienza estamos más juntos que nunca por una Argentina que todos soñamos", concluyó. Al terminar, ministros y candidatos se sumaron al escenario para despedir a la militancia.
A diferencia del 11 de agosto, anoche Macri no dio conferencia de prensa.
En el búnker de Juntos por el Cambio, como dijo el presidente, "hubo emociones encontradas". La euforia por el triunfo en el distrito porteño no logró tapar la derrota en la elección presidencial, ni la pérdida de la provincia de Buenos Aires. Acaso el recorte de la diferencia entre las PASO y ayer, en el rubro presidencial, levantó el ánimo de quienes se acercaron al búnker de Costa Salguero, porque los votos obtenidos le permiten a Macri soñar con el liderazgo de la oposición.
El fin de la campaña en redes y el “no se pudo” que duele
"Gracias", en mayúsculas, fue la consigna que continuaron proyectando anoche las pantallas en el búnker de Juntos por el Cambio. Cerca de las diez y media de la noche, el presidente Mauricio Macri había reconocido la derrota. Si bien no se había podido, en el búnker, entre la dirigencia, quedó una sensación de "derrota digna": se había evitado repetir la paliza electoral de las PASO.
De todos modos, se vienen días intensos para la coalición que ahora pasa a la oposición. "Si hubiésemos hecho en las primarias una campaña como la presidencial, convocando a nuestros seguidores, quizás podríamos haber forzado el balotaje", confiaba un dirigente macrista, casi un reproche a la estrategia diseñada por Marcos Peña.
Es incomprobable como cierto de que se trataron de campañas diferentes: la primera, con Macri haciendo actos pequeños con acceso restringido; la segunda, con Macri mezclado entre la gente y apostando a actos masivos.
Anoche se mencionaba la "amplia derrota" en la provincia de Buenos Aires. "Algo hicimos mal allí", se escuchó a un ministro detrás del escenario. Con Rodríguez Larreta reelecto en la Capital Federal y con Macri recortando diferencias respecto a las PASO, María Eugenia Vidal quedó como la gran derrotada de este domingo electoral.