En Córdoba, y como hace dos años, aunque en un reducto diferente, el presidente Mauricio Macri le puso punto final a la campaña nacional de Cambiemos de cara a las primarias (PASO), que se desarrollarán este domingo.
En 2015, en el estadio Orfeo, el ahora jefe del Estado había pedido el voto bajo la consigna de “unir a los argentinos”. Ayer, ante unos dos mil seguidores y los principales dirigentes provinciales del espacio y algunas presencias nacionales, remarcó la necesidad de construir un país “para las futuras generaciones” y sin olvidar la herencia recibida tras la etapa kirchnerista.
“Nunca más nos dejemos tentar por un atajo, por aquéllos que nos dicen que tienen propuestas y nos dejaron un país en ruinas, por que usaron el Estado en beneficio propio en vez de ponerlo al servicio de la gente”, aseguró Macri en uno de los picos más altos de un discurso que se extendió por cerca de 15 minutos.
En la Plaza de la Música, Macri jugó de local apuntalando su presencia en una provincia en la que conquistó buena parte de los votos (71,5 por ciento en el balotaje) que lo llevaron a la primera magistratura nacional.
“Desafío a que me digan qué otro Presidente visitó como yo esta provincia”, lanzó, tras recordar que este era su noveno viaje a Córdoba desde que llegó a la primera magistratura.
Si bien este domingo no se definirán las bancas que están en juego en el Congreso (24 en el Senado y 127 en Diputados), las primarias configurarán un nuevo escenario electoral nacional con vistas a octubre, cuando se realicen los comicios generales.
Para el gobierno de Cambiemos, las PASO representan el primer test electoral desde que está en el poder.
Tanto el Presidente, como los precandidatos de la lista que lo antecedieron en la palabra, dejaron en claro que afrontan una elección “trascendente” para el futuro del Gobierno de Cambiemos.
Con sondeos propios que lo colocan con buenas chances de volver a festejar el domingo por la noche en Córdoba, los estrategas nacionales de Cambiemos apostaron a un cierre aquí, en lugar de la provincia de Buenos Aires, donde la mayoría de los números previos auguran un resultado negativo para la propuesta del oficialismo en el principal distrito electoral del país.
Una eventual victoria de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner fue el condicionante para apuntar los cañones a provincias “amigas”, como es el caso de Córdoba.
El pasado y el futuro
Ante los presentes y miles de personas que siguieron el acto por televisión y las redes sociales, Macri dijo ser consciente de que todavía hay muchos argentinos que no han sido impactados por la mejora. Pidió paciencia, “que no gane la ansiedad”.
Si bien no hubo alusión expresa a la denominada “pesada herencia” de los gobiernos kirchneristas, el pasado y el futuro estuvieron presentes en las partes centrales del discurso.
En términos económicos reconoció que al Gobierno le “costó encontrar el punto de partida. Dejaron el Estado destrozado, pero ya hemos encontrado el camino”, se quejó y esperanzó, casi al mismo tiempo.
“Si tienen las soluciones como dicen, porqué dejaron el Estado destrozado. ¿Por qué?”, expresó casi a los gritos.
Después, aseveró que el país “empezó a crecer después de seis años”.
Entrenado en esto de hablar desde escenarios enclavados en el medio de la gente, Macri matizó sus palabras con algunos bromas que sirvieron para relajar a un público que nunca entró en calor.
Su mujer Juliana Awada lo acompañó desde la primera fila sentada entre el intendente capitalino, el radical Ramón Mestre y el cabeza de la lista, Héctor Baldassi (Pro).
Otro punto alto de su alocución se produjo cuando aludió a la lucha contra el narcotráfico que, dijo, está “librando” su gobierno.
“Es una batalla sin cuartel y vamos a ir hasta el final contra el narcotráfico”, aseveró.
En el tramo de su discurso que más se pareció al pedido del voto, Macri afirmó: “El domingo vamos a confirmar que esto lo decidimos con la cabeza y con el corazón. Estamos convencidos de que merecemos vivir mejor. El domingo vamos a poder decir que esto va a en serio”, finalizó el mandatario.