Con la idea de tomar como propio un eventual triunfo del frente Cambia Mendoza y, en particular, de su socio político local, el radical Alfredo Cornejo, el líder del Pro, Mauricio Macri, prometió que el próximo domingo regresará para celebrar. “El domingo voy a volver para compartir ese festejo y si se me hace muy tarde -por las elecciones en Santa Fe- estaré el lunes acá”, resaltó el presidenciable.
Macri habló en Maipú, el territorio del precandidato peronista a la gobernación Adolfo Bermejo, tras visitar a vecinos y comerciantes de este departamento y de Luján, junto a sus propios postulantes a las intendencias de esas comunas, Alejandro Bertón y Omar De Marchi, respectivamente, y a José Micheli, postulante macrista en Guaymallén.
Además de los precandidatos, acompañó al jefe de Gobierno porteño quien será su rival en las PASO de agosto, el senador nacional de la UCR, Ernesto Sanz, buscando así mostrar la fortaleza del acuerdo al que llegaron ambos partidos y, sobre todo, la uniformidad de discurso que pretenden de cara a las elecciones locales, pero también para las nacionales.
Fue precisamente ese sentido el que impulsó desde un principio Cornejo quien, oficiando de anfitrión de los dirigentes nacionales, resaltó ese acuerdo. “Han sellado el compromiso de cambiar la Argentina”, dijo el actual intendente de Godoy Cruz.
“Ésta debe ser la provincia en la que más se advierte la necesidad de un cambio”, dijo por su lado el mendocino Sanz, aclarando que tanto él como Macri y Cornejo tienen “una mirada común de la Argentina”.
Macri por su parte resaltó que en Mendoza “se respira la esperanza de una nueva oportunidad para construir la Argentina que queremos”, y por eso no dudó en ensalzar a su aliado local: “Cuanto más conozco a Alfredo, más confianza le tengo para que sea el gobernador que dé impulso a Cuyo”.
Ante la posibilidad de gobernar el país, Macri quiso dejar en claro que su gestión apuntará “al futuro” y no al pasado. Esto lo dijo ante cierta relación que se le hace “con los 90” a su figura. “No hay que volver a los ‘90 ni a los 2000 ni a los 70”, destacó. “Hay que ir hacia el siglo XXI, como se hizo en la Ciudad de Buenos Aires”, señaló.
También quiso diferenciarse de la política económica kirchnerista. “Es otra estafa más de la megaestafa que es la inflación”, criticó y propuso “que Ganancias las paguen aquellos que cobran los mejores salarios, no todos los trabajadores”.
Dos semanas movidas
La visita de Macri a Mendoza se sustentó también en su aspiración de construir poder territorial en el país y que tiene por estos días varios desafíos abiertos.
De hecho, lo tuvo en Salta el domingo pasado, donde si bien no buscaba la gobernación -porque “es una provincia del Norte, donde suele dominar el PJ”-, se jugaba la posibilidad de instalar un candidato a la intendencia de la capital, con Guillermo Durán Cornejo, quien no pudo sortear la interna y perdió con el massista Gustavo Sáenz.
Pero ya el próximo domingo, además de Mendoza, tendrá otra oportunidad con un precandidato propio en Santa Fe, Miguel del Sel, que desde un frente Pro-PJ enfrenta a una alianza socialista-radical.
YEn dos semanas más, la prueba de fuego será su propio distrito, la Ciudad de Buenos Aires, donde dos dirigentes de su riñón se disputarán la candidatura para remplazarlo: Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta, a quien respaldó abiertamente.
En este punto, y más allá de su preferencia por Rodríguez Larreta, Macri no quiso mostrar diferencias. “Yo pensé lo que podía ser mejor para cada uno según sus cualidades específicas, pero ahora la decisión es de los vecinos de la Ciudad”, se despegó. “El que salga elegido será, calculo, el que continúe gobernando y espero que en la misma línea”, resaltó.
A la noche, Macri encabezó una cena en un hotel a la que asistieron 600 personas, que pagaron $ 2.500 por estar con el presidenciable.
Un cruce con el PJ por la cena para juntar plata
El presidente de la Cámara de Diputados provincial, Jorge Tanús, cuestionó fuertemente la cena que anoche organizó Mauricio Macri con empresarios mendocinos para reunir fondos, con un “cubierto” que se cotizó a $ 2.500.
“Es lamentable, obsceno y elitista”, dijo Tanús del evento, al que calificó digno “de la aristocracia de la política” que, desde su visión, “pretende tirar atrás” los programas progresistas logrados por la gestión kirchnerista.
La respuesta la dieron tanto Macri, como el radical Sanz. “Me parece bien que la gente que tiene algo que aportar, ponga sus recursos personales para que se pueda hacer política. Es mejor que lo que hacen aquellos que gobernando; usan el Estado en beneficio propio”, dijo el porteño.
Por su lado, Sanz contestó que “más obsceno es lo que pasa en la provincia”, por la debilidad financiera que vive, y quiso recomendar “a los justicialistas” que hacen esas críticas y hoy gobiernan, que “deberían dedicarse a dejar la provincia en mejores condiciones de lo que la están dejando”.
El presidenciable Sanz, relegado a un segundo plano
Uno de los objetivos de la actividad de ayer era mostrar que el frente opositor Cambia Mendoza es el correlato local de lo que se pretende realizar a nivel nacional, con el acuerdo entre el Pro y la UCR que postula a Macri, Sanz y a Elisa Carrió como precandidatos a la presidencia.
Pero en esa instancia, la percepción que quedó es que el protagonismo fue casi íntegramente del jefe de Gobierno porteño, más allá de la ponderación del aspirante a la gobernación mendocina, Alfredo Cornejo. Y que la figura del mendocino Ernesto Sanz quedó relegada a un segundo plano.
“No creo que haya sido así; no se trata de papeles principales o secundarios”, dijo Sanz, aunque consideró que “es lógico que le prgunten a él para conocer cómo piensa”.
Opinó además que su aporte es “construir un espacio que equilibrará a la política argentina” y, según su visión, el radicalismo, con este acuerdo, “ayuda a reconstituir ese sistema político”.
Sanz aseguró que en los próximos meses su protagonismo crecerá: “Vamos a competir y también me van a escuchar”.