El mensaje de Mauricio Macri no alteró en absoluto el panorama en el Senado, donde la oposición mañana reuniría el número para aprobar el proyecto que pretender limitar las subas de tarifas, que ya tiene la media sanción de Diputados. El final parece estar cantado: veto presidencial.
La única voz que se alzó fue la de la ex presidenta Cristina Fernández. Es que en un mensaje grabado y transmitido por televisión, Macri le pidió ayer al peronismo responsable y confiable "que no se deje conducir por locuras que impulsa Cristina Fernández de Kirchner".
La ex Mandataria apenas se tomó el trabajo de responder por las redes sociales. Un sintético tuit diciendo: "Tratar de loca a una mujer. Típico de machirulo".
Según distintos medios, el término “machirulo” es usado en ámbitos feministas para designar al hombre machista que se muestra políticamente correcto.
En los círculos LGBT se designa con ese término al hombre gay que convencionalmente se muestra masculino; también se usa para designar a la lesbiana con apariencia masculina.
Ese cruce entre el presidente y su antecesora es el único efecto del mensaje que se emitió en el mediodía de ayer. De alguna manera, Macri consiguió recrear la grieta, que alguna vez rindió buenos frutos a Cambiemos.
Pero en el Senado nada cambió y mañana sancionaría el proyecto que viene de Diputados.
En ese mensaje Macri argumentó que varios gobernadores “dijeron que el Congreso no debe legislar sobre tarifas”. Pero los gobernadores a los que aludió Macri no son todos y tampoco éstos tienen un predicamento directo sobre sus senadores: la oposición juntaría entre 37 y 40 de los 72 votos posibles y convertiría en ley el proyecto, que ya tiene la media sanción de Diputados.
Cambiemos, a su vez, reuniría apenas 30 votos, lejos de los 36 necesarios para un forzar un eventual desempate de la vicepresidenta, Gabriela Michetti.
“La gente no sabe cuánto le van a subir las facturas, pero los sojeros ya saben cómo les irán bajando las retenciones”, dijo un senador peronista.
Con todo, una parte del justicialismo del Senado estaba dispuesto a consensuar un proyecto con Cambiemos que incluyera la rebaja de la alícuota del IVA del 21% al 10,5%.
Como contrapartida los escaños peronistas pretendían la transferencia de AySA, Edesur y Edenor del Estado nacional a la Capital Federal y a la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, trascendió que los jefes de Gobierno de ambos distritos, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, pusieron el grito en el cielo por la posibilidad de hacerse cargo de AySA, empresa que sostiene el Estado nacional pero que presta el servicio solamente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Por eso, en el Senado interpretaban que el Presidente se inclinó ayer por proteger a sus pollos del PRO y ensayar una mera apelación retórica a los senadores justicialistas para que no avancen con el proyecto antitarifazo.
Es lo que hay
Los senadores del PJ mañana levantarán la mano a favor de la media sanción de Diputados inclusive sin estar convencidos de su contenido. “Lo que viene de Diputados es una cagada. Pero no podemos rechazarlo porque después la gente nos va a decir que no la defendemos”, se sinceró un senador del PJ.
El propio Pichetto cuestionó la iniciativa hace dos semanas: "Este proyecto no contiene a las distribuidoras de las provincias; es un proyecto que sigue teniendo una visión parcial, mirando siempre al escenario del AMBA".
El proyecto opositor establece que las tarifas no podrán subir por encima de los aumentos salariales, retrotrae los aumentos a noviembre del año pasado y restituye subsidios a Buenos Aires.
Legisla sobre el gas, la luz y el agua, pero solamente tendrá aplicación efectiva en todo el país sobre el gas, ya que la electricidad y el agua son concesiones provinciales, con excepción de Edesur y Edenor, que son de concesión nacional y prestan el servicio en la Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires.